Las crisis personales hay que vencerlas como a un enemigo en el campo de batalla: imponerse los deberes de estado que uno discutiría porque, de discutirlos, le debilitarían a uno y llegarían a disolverlo.
¿Qué debo hacer…? Me lanzo a hacer lo que debo, sin dudarlo.
Ventaja: nos fortalecemos y alejamos la oscuridad.
Segunda ventaja escolástica: un acto engendra una habilidad.
Antes llamaban a esta figura «vencerse a sí mismo». Y también «cargar con la Cruz cada día». Conscientes o no de ello, estaremos siguiendo a Jesucristo.
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