Un día estropeado. ¡Tantos imprevistos! ¡Tanta gente molestando! No he podido hacer nada…
Sin embargo, ¿no habíamos quedado en que deseabas con toda tu alma que Dios usara de ti sin pedirte permiso?
¿Qué imaginas que hace Jesucristo, todos los días, sino atender a esta humanidad doliente? Y cuando te pide ayuda, ¿te quejas porque en lugar de tu día programado, ordenado y tranquilo, has servido un poquito a tus prójimos?
¿No dejó de lado sus planes el buen samaritano? Lo propio de Dios es interferir y si quiero hacer su voluntad debo ceder al punto.
Si no, ÉL dejará que haga yo la mía. Y esto se parece bastante a la antesala del infierno.
Buenos y lluviosos días.
¿No habíamos quedado en que deseabas con toda tu alma que Dios usara de ti sin pedirte permiso? Share on X