Jay Aruga en el podcast ofrece una visión crítica y detallada sobre cómo ha evolucionado esta lucha en el país, adaptando tendencias y conflictos de otras regiones, especialmente de Estados Unidos.
Aruga comienza destacando la tradición de Filipinas como una sociedad «amigable con los homosexuales». Según él, no es raro ver a personas abiertamente homosexuales en lugares públicos, y los desfiles del «orgullo» durante la primera década del 2000 no eran motivo de gran polémica.
Influencia
Sin embargo, a partir de 2015, estos eventos comenzaron a transformarse, pasando de una lucha por el derecho a no ser intimidados a una batalla por el «matrimonio» entre personas del mismo sexo, una cuestión que sigue vigente hasta hoy.
El activista subraya un cambio significativo en la dinámica social y política del país, especialmente influenciado por movimientos en Estados Unidos. Después de que en Estados Unidos se destacara el tema de las personas con confusión de género utilizando baños del sexo opuesto, los filipinos que se identifican como lobby gay comenzaron a luchar por el mismo derecho.
Grandes cambios
Según Aruga, esta lucha se ha vuelto «más loca» con el tiempo. Prueba de ello son instituciones católicas como la Universidad de La Salle y la Universidad Ateneo de Manila que ahora ondean abiertamente banderas del «orgullo», y la realización de eventos como «Drag Queen Story Hours» patrocinados por el gobierno.
Uno de los objetivos de Aruga con su podcast es «exponer la ideología woke que ha estado ocurriendo en Occidente» para prevenir su adopción en Filipinas.
Destruir el matrimonio
Además de la lucha contra la ideología de género, Aruga y otros activistas se oponen a un proyecto de ley de divorcio que, según él, está siendo «impuesto» a Filipinas, uno de los dos países en el mundo que aún prohíbe el divorcio. Aruga advierte que promover el divorcio del matrimonio podría abrir la puerta a cambios en la definición del matrimonio en sí.
El Proyecto de Ley de Igualdad de Expresión de Orientación Sexual e Identidad de Género (SOGIE Equality) ha estado en la legislatura filipina durante más de dos décadas y ha sido combatido con éxito hasta ahora.
Sin embargo, Aruga señala que el proyecto de ley está a menudo a solo unos pocos votos de ser aprobado. Este proyecto de ley, inicialmente centrado en combatir la discriminación, permitiría que una persona con confusión de género presente una queja contra alguien que se queje de su presencia en un baño del sexo opuesto.
Internet y redes sociales
Aruga expresa su preocupación sobre la influencia de la cultura occidental en la juventud filipina, especialmente a través de Internet y las redes sociales. Aunque Filipinas es un país religiosamente marcado, Aruga destaca que la religiosidad se encuentra principalmente en adultos y ancianos, mientras que los jóvenes están más expuestos a influencias externas.
En cuanto a los medios de comunicación, Aruga los compara con los medios estadounidenses, afirmando que han adoptado una narrativa específica de adoctrinamiento del lobby gay. Además, esto se refleja también en el sistema educativo, donde algunas escuelas, incluso las católicas, enseñan lecciones relacionadas con la ideología de género.
Jay Aruga en su intervención describe un panorama complejo y polémico de lucha contra el lobby gay en Filipinas, destacando la influencia internacional y la necesidad de una respuesta informada y organizada para preservar los valores tradicionales del país.