¿Cómo ha llegado hasta nosotros la cultura grecolatina, su filosofía, literatura, quién, en definitiva, nos ha trasmitido sus fuentes y tradición? La respuesta es bien conocida y forma parte del depósito de nuestros conocimientos. Ha sido el cristianismo en sus diversas manifestaciones. El latino o católico y el cristianismo oriental, que asumió y trasmitió el helenismo a través del mundo bizantino. El cristianismo siriaco fue su depositario y su legado llegó a Europa Occidental a través de los musulmanes. El historiador Sylvain Gouguenheim lo cuenta muy bien en Aristóteles y el Islam.
Catherine Nixey y su libro, La edad de la penumbra. Cómo el cristianismo destruyó el mundo clásico, sostiene todo lo contrario en un texto que es un ejemplo paradigmático de fake news. Un género que abasta más que una mentira pura y dura, porque constituye la operación de construir otra “realidad”, transformando la anécdota en categoría, ignorando a esta última, construyendo falsedades a partir de verdades a medias, inventando lisa y llanamente relatos hasta llenar todo el escenario. El intento de Nixey persigue dos propósitos obvios, vender libros -la trasgresión siempre es más comercial- y presentar a los cristianos como unos trasuntos yihadistas, que al igual que ellos visten de negro, y saliendo del desierto queman libros, arrasan templos, y destruyen estatuas. De hecho, el libro empieza en estos términos. Seguir leyendo.
De Josep Miró i Ardèvol, publicado en La Vanguardia el 6 de noviembre de 2018