Corriente social es el término utilizado para describir una tendencia o movimiento colectivo que afecta a la sociedad en su conjunto. Se refiere a un conjunto de ideas, valores, actitudes o comportamientos compartidos por un grupo significativo de personas en una determinada sociedad y periodo de tiempo.
Una corriente social puede surgir en respuesta a cambios culturales, políticos, económicos o tecnológicos, y puede tener impactos diversos en diferentes aspectos de la vida social, como la política, la economía, la educación, la moral, la religión, entre otros.
Las corrientes sociales a menudo implican una transformación gradual de las actitudes y normas prevalecientes, y pueden conducir a cambios sociales más amplios.
A partir de estas premisas doy cuenta de un hecho nuevo. La iniciativa de construir una corriente social cristiana de inicio en un territorio difícil, Cataluña.
La “Corriente social cristiana» es un movimiento que busca una nueva forma de lograr una acción eficaz de la concepción cristiana en el espacio público político, sin caer en la lógica del partidismo político ni instrumentalizar la coherencia de la fe a la ideología política. El objetivo es encontrar soluciones nuevas e imaginativas que favorezcan el bien común y ofrezcan mejores alternativas, que son consideradas mejores, no por su etiquetas cristiana, sino en su capacidad para dar respuesta efectiva a los problemas más graves que nos afligen, incluido- es lo que cuentan las encuestas- el tipo de política que hacen los partidos.
El encuentro del 17 de junio en los Capuchinos de Sarrià de Barcelona, marca el comienzo de este movimiento, en un lugar emblemático de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que una aportación tan importante y popular han realizado en Cataluña. Este lugar tiene además una significación adicional, porque entre el 9 y el 11 de marzo de 1966, fue escenario de «La Capuchinada«, el inicio del movimiento democrático de estudiantes, que fue un catalizador para la libertad, y que ha quedado como un recuerdo estimado para muchos, entre los que me encuentro.
«La Corriente» se inspira en la idea de movimientos colectivos que han cambiado la historia, como el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos o el movimiento de democratización y recuperación de Cataluña en el siglo pasado. Esta iniciativa busca transformar las actitudes y las normas existentes a través de la promoción de los valores cristianos en todos los ámbitos de la sociedad, basándose en la doctrina social cristiana.
El objetivo de «La Corriente» es modificar las estructuras sociales y políticas mediante acciones concretas, trabajando para la transformación social y promocionando los valores cristianos. No es un partido político, pero tampoco excluye la participación en el terreno político cuando sea necesario. El enfoque es actuar movilizando, comunicando, formando y sirviendo. Es una primera concreción política no partidista de la reflexión que en su día desde ForumLibertas realizamos sobre la alternativa cultural cristiana.