Los cristianos no podemos vivir al margen de la evidencia de los hechos:
¿No es a caso evidente que algunos canales de televisión de las plataformas de pago intentan presentar, bajo la excusa de una pseudo historia interpretaciones sesgadas que presentan al cristianismo como una mitología más, al lado de otras creencias orientales, acentuando hasta la exageración todo aquello que pueda tener de común? La idea es sencilla: mentalizar de que no hay nada extraordinario en el suceso cristiano.
También es una evidencia que los resúmenes diarios de prensa sobre Religion & Public Life del acreditado Pew Research Center están fuertemente sesgados ideológicamente insistiendo en argumentos que siempre caen del lado contrario de la doctrina católica, que acentúan sus pugnas internas, que priman toda información favorable al aborto y al matrimonio homosexual. El mecanismo es muy sencillo: seleccionan solo informaciones que mayoritariamente mantienen como líneas editoriales aquellas cuestiones.
Hemos constatado hasta la saciedad otro tipo de relato presuntamente histórico del que el invento de Hipatia constituye un arquetipo. Son narraciones que tienen su origen lejano en la ofensiva ilustrada del siglo XVIII contra la Iglesia, y que pervive con actualizaciones y, más o menos, nuevos ropajes, y que coincide en presentar al cristianismo como un ámbito de oscuridad, superchería y violencia.
En esta misma línea, ahora muy desarbolada, pero no desaparecida, nos encontramos el otro tipo de relato que tiende a presentar a la Iglesia católica como detentadora de grandes riquezas y dotada de una avaricia extraordinaria.
Mucho más actual resulta la presentación de los sacerdotes como seres libidinosos sin control que, por su naturaleza de pederastas homosexuales, persiguen a niños y jóvenes.
También abunda aquella presentación de Dios como enemigo del hombre que enlaza directamente para quien quiera verlo con la argumentación inicial de Satanás en el Génesis para tentar al ser humano, que se extiende en otro variante que acusa a Jesucristo y al Cristianismo de impedir vivir la vida porque coarta los deseos humanos.
El enfoque siempre es el mismo, partiendo de un hecho mas o menos real, se extrapola, proyecta, deforma, para construir un discurso en el que el Cristianismo es el malo de la historia de la humanidad. Es objetivamente un absurdo, pero es así, y de manera regular pero persistente, tanta insistencia ha ido dejando poso.
Ahora mismo, el cristiano y la Iglesia es un enemigo de la ciencia, porque rechaza la manipulación genética de los embriones y su uso como materia prima, rechaza el aborto masivo y eugenésico, convertido en un proceso histórico increíble que va del mal absoluto al mal menor, hasta llegar al derecho de la mujer sobre la vida humana engendrada. La Iglesia profesa una maldad antihistórica porque se opone al matrimonio homosexual, ahora llamado igualitario por los cetros de diseño de estrategia, como si la unión entre un hombre y una mujer, que configuran el vinculo autentico, fuera un matrimonio desigual. No importa que solo 30 de los 193 estados miembros de las Naciones Unidas lo reconozcan, el que no lo haga la Iglesia es una grave anomalía reaccionaria. Y lo mismo mucho más acentuado, porque todavía son menos los estados que la han legalizado, podríamos decir de los embates por oponerse a la eutanasia y al suicidio asistido.
Hay una especial habilidad para presentar lo falseado, anómalo, excepcional, raro, como paradigma del progreso humano y desprestigiar por esta causa a la Iglesia en particular y al cristianismo en general.
Todos aquellos vectores están presentes en América del Norte, Centro y Sur, pero donde confluyen con fuerza y tienden a ser dominantes es en buena parte de Europa. España, por desgracia, ocupa un lugar destacado y ahora penetra en un tiempo todavía mas complicado. Mas pronto que tarde, la fuerzas gobernantes desencadenan la pugna por la modificación de la Constitución para que muchos de aquellos aspectos, y otros más, ahora solo regulados por leyes que pueden modificarse, sean consagrados como derechos constitucionales. Este es un peligro que está en el horizonte, y que parece, una vez más, que coge a la Iglesia mirando hacia otra parte, cuando debería estar oteando el signo de los tiempos.
La respuesta a todas aquellas ofensivas de descrédito, a todas las nuevas regulaciones, a la amenaza de convertirlas en derechos constitucionales debe darse ahora y no cuando sea tarde.
Se generan ya respuesta lúcidas. La Acción Católica de Propagandistas con sus Católicos y Vida Pública, abrió hace años un espacio de reflexión y encuentro, y ahora la edición de un periódico digital de la categoría de El Debate cubre un flanco importante. La Asamblea de Asociaciones por la Vida y la Dignidad es el inicio de una organización que agrupa a más de un centenar de asociaciones para promover la sociedad que acoge a la vida y se opone a la eutanasia y al aborto. La reciente presentación de Neos como alternativa cultural, es así mismo un paso muy importante. Finalmente la celebración en Barcelona de la Asamblea Cristiana Abierta este 11 de diciembre, abre la puerta a nuevas formas de organización y presencia de los católicos en el espacio publico político, más eficaces y decisivos. Estas son las líneas que deben crecer y merecen ser apoyadas, y que haría bien la Iglesia Institucional en acompañar y sentir como propias, porque en definitiva lo son.
La idea es sencilla: mentalizar de que no hay nada extraordinario en el suceso cristiano Share on X
1 Comentario. Dejar nuevo
El aborto es el fracaso del control de natalidad, que hace tiempo es la idea de gente como los globalistas o los mismos ecologistas. La Iglesia, que se opuso a los sitema de control de la natalidad, que no fuera el Ogino, es quzás corresponsable de que se haya llegado al extremo del aborto. Ahora si que tenemos un problema ético de calibre con el oborto, porque se ha establecido en algunos paises como un derecho. Bueno hasta Macron quiere incluirlo en la carta de derechos humanos de la UE.
Hoy en día no tenemos seguridad personal porque el sistema es que cuando sufras un robo, violación, etc, vayas y lo denuncies, para qué si el mal ya está cometido. Mejor sería que se actuara en la prevención del delito y así no existirian tantos y las cárceles no se rebosarian. Esto viene a cuento de que el aborto no se actual preventivamente y ni siquiera a posteriori, porque como es un derecho…El aborto es una forma cruenda de eliminar la sociedad occidental, porque forma parte del desmantelamiento moral de la persona, al darle el derecho a la mujer de acabar con la vida de su hijo. No sé si los promotores de la libertad sexual habían previsto que se llegara a este extremo. Hombre, decir que «no hay nada extraordinario» me parece que no es precisamente una confesión de Fe. O yo no lo he entendido bien…