El 7 de noviembre, el mundo del reguetón colombiano estalló con el lanzamiento de «+57», la nueva colaboración de Karol G con Feid, Maluma, J Balvin, Ryan Castro, Blessd y DF. Pero, ¿Qué hay detrás de esta exitosa canción?
Hipersexualización de la sociedad
Una cruda realidad que, aunque muchas veces parece ocultarse bajo la superficialidad del entretenimiento, tiene un impacto negativo y preocupante: la hipersexualización y peor aún, la de menores. En la letra, inicialmente Karol G se refiere a una «mamacita desde los fourteen» (¡desde los catorce años!), como si fuese motivo de orgullo la sexualización y el desenfreno desordenado implicando a menores.
¿Es esta la clase de mensaje que queremos enviar a nuestros jóvenes?
Este tipo de letras no son inofensivas, son destructivas.
Hay quienes intentan justificarlo con el manido argumento de que «es solo música», pero la música no es algo aislado.
Influye profundamente en los valores de una sociedad, especialmente en la juventud, que es más vulnerable y expuesta a absorber lo que la cultura popular les presenta.
Cantar sobre una «mamacita» y toda otra serie de prácticas sexuales desordenadas no solo normaliza y destruye la razón de ser del sexo, sino que lo hace parte de la cultura que se nos vende. ¡Todo mal!
A raíz de la polémica abierta por la letra de la canción que implica a menores está fue modificada y los artistas reemplazaron el fourteen por eighteen (dieciocho años).
Reacciones
La revista Rolling Stone publicó una crítica contundente y afirmó que «sin importar de qué género musical se trate, cantar sobre niñas que ‘están buenas’ no está bien y, en lugar de romper con la normalización, este sencillo perpetúa malas prácticas». El artículo también destacó que la canción refuerza estereotipos negativos asociados con Colombia, como el narcotráfico y la explotación sexual de menores en ciudades como Medellín, la capital de la industria del reguetón en el país.
Las reacciones no se hicieron esperar. Personalidades del ámbito político y cultural expresaron su rechazo. El presidente Gustavo Petro comentó en sus redes sociales: «En cada género artístico hay arte, pero también ignorancia. El arte perdura, la ignorancia dura un segundo». Organizaciones y ciudadanos cuestionaron la responsabilidad de los artistas al difundir mensajes que podrían normalizar conductas perjudiciales.
Ante la polémica, las respuestas de los intérpretes fueron diversas. Blessd y Ryan Castro publicaron un video minimizando las críticas: «Si no les gusta el tema, paila. No lo escuchen», declaró Blessd. Castro añadió: «Critiquen lo que quieran, que eso a mí no me importa». J Balvin se limitó a celebrar el éxito comercial de +57, agradeciendo el apoyo de los seguidores.
Karol G, una vez que el daño estaba hecho, emitió un comunicado en Instagram, donde reconoció el error y se disculpó: «Me siento muy afectada y me disculpo de corazón. Ninguna de las cosas dichas en la canción tiene la dirección que le han dado, ni se dijo desde esa perspectiva, pero escucho, me hago responsable y me doy cuenta de que todavía tengo mucho por aprender». La artista agregó que su intención era celebrar la unión entre los artistas y conectar con su público.
Se supone que la canción esta actualizada con «mamacita desde los 18» en plataformas; sin embargo, algunos usuarios han expresado dudas sobre la autenticidad del cambio, señalando que no todos pueden acceder a la nueva versión.
Mientras, Karol G y otros exponentes del reguetón siguen lanzando canciones con contenido dañino. Estos penetran en las mentes de los adolescentes que escuchan la música, modelando su comportamiento y su concepto de lo que significa ser «exitoso». Seguir glorificando estas conductas es, francamente, irresponsable.
En +57, Karol G y sus colaboradores no solo romantizan el cuerpo y la sexualidad como objeto de consumo, sino que lo hacen dentro del contexto de fiestas, drogas y desenfreno. Los artistas están generando una realidad peligrosa, (ya sea a los 14 o a los 18) que está lejos de la realidad de lo que es ser persona y del respeto que debemos promover en las nuevas generaciones.
Se trata de preguntarnos a quién afecta lo que ponemos en las plataformas públicas. Se trata de recordar que no solo estamos haciendo entretenimiento; estamos formando cultura.
No podemos permitir la hipersexualización de la sociedad. No podemos hablar de proteger a los menores y los jóvenes de abusos y violaciones y al mismo tiempo normalizar su sexualización en las canciones que encabezan las listas de éxitos.
Es un momento para ser conscientes de las contradicciones y exigir algo mejor.
¿Qué estamos dispuestos a aceptar como sociedad? ¿Hasta cuándo seguiremos ignorando la influencia de los artistas sobre la juventud?
Las palabras importan. Los mensajes importan. Y lo que decimos, tarde o temprano, se convierte en la realidad que vivimos.
Si los artistas no van a tomar esa responsabilidad, entonces nos toca a nosotros exigirla. Que no nos quede duda: el silencio también nos hace cómplices.
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1 Comentario. Dejar nuevo
te imaginas una cancion de reggaeton inteligente?