El Papa Francisco ha hecho referencia al inicio de los recientemente inaugurados Juegos Olímpicos de Tokio 2020 tras su tradicional discurso que realiza cada domingo después del rezo dominical del Ángelus.
El obispo de Roma ha bendecido la fiesta del deporte, que ha tenido que esperar un difícil año desde su convocatoria debido a la crisis sanitaria derivada de la pandemia.
Sus palabras están cargadas de esperanza, pensando en unos Juegos Olímpicos de Tokio que finalmente se inauguraron el pasado viernes, pero que están en riesgo de que se cancelen, debido a la quinta ola de la Covid, incluso así fue en la semana previa a la ceremonia de apertura.
“En este tiempo de pandemia, que estos Juegos sean un signo de esperanza, una señal de fraternidad universal bajo la bandera de la sana competencia. Que Dios bendiga a los organizadores, a los atletas y a todos los que colaboran en esta gran fiesta del deporte”, ha afirmado Francisco.
También en ese mismo discurso, después de rezar la oración mariana del Ángelus de este XVII Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre manifestó su cercanía y solidaridad con los afectados por las lluvias torrenciales en China.
El número de víctimas aumenta día a día y algunas personas siguen desaparecidas. La televisión estatal china informa de que más de tres millones de ciudadanos se han visto afectados por las lluvias torrenciales y 376.000 han sido evacuados.
La ciudad más afectada es Zhengzhou, capital de la provincia de Henan, desde donde llegaron imágenes impactantes de avenidas transformadas en ríos que arrastraban vehículos y personas, y de vagones de la metropolitana con pasajeros dentro, medio sumergidos por el agua.
Como ya había hecho por Alemania, devastada por las catastróficas inundaciones en Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado, el Papa Francisco en el Ángelus no pudo evitar de rezar por esta enésima catástrofe y por las personas que están pagando las consecuencias.