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Juan Antonio Reig Pla: cuando la verdad se convierte en delito

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No es nuevo, pero sí cada vez más burdo. El intento sistemático por silenciar a quienes anuncian la Verdad ha alcanzado esta semana un nuevo hito con la cacería emprendida contra Monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de Alcalá de Henares.

Su «crimen»: haber predicado una homilía teológicamente impecable, aunque políticamente incorrecta.

La escena tuvo lugar en la Basílica de la Anunciación de Alba de Tormes, en el marco de la veneración pública a Santa Teresa.

Reig Pla habló, como ha hecho siempre, de forma clara, directa y con profundo amor al ser humano.

Dijo que la discapacidad física, intelectual o psíquica es parte de la herencia del pecado original, de ese desorden que afecta a toda la creación desde la Caída. Y dijo, también, que cada una de esas personas está llamada por Dios, que son amadas y elegidas por Él. Pero eso, al parecer, no cuenta.

La mentira como estrategia

Bastó un recorte sesgado, una frase sacada de contexto, y la maquinaria de triturar reputaciones se puso en marcha.

Titulares indignados, comunicados llenos de fingida compasión, y la inevitable denuncia ante la Fiscalía por parte del Ministerio de Derechos Sociales. Estamos ante una persecución con todas las letras.

Quienes aplauden con fervor leyes que permiten eliminar la vida de un niño se escandalizan cuando un obispo expone la visión cristiana de la condición humana. Aquí no estamos hablando de rechazo ni de exclusión.

Al contrario: el cristianismo es la única cosmovisión que proclama con fuerza que cada persona, con sus heridas, limitaciones y dolores, es imagen de Dios, es sagrada, es portadora de una dignidad inalienable.

Lo que le duele al Gobierno no es la homilía. Lo que duele es que haya un obispo emérito que, a contracorriente, siga denunciando el engaño sistemático de la ideología de género, la cultura de la muerte, la destrucción de la familia y la imposición de un relativismo que ya no tolera siquiera el simple enunciado de la verdad.

Reig Pla es un pastor. Y por eso incomoda.

Un Gobierno que criminaliza la fe

No puede pasarse por alto el hecho gravísimo de que un Ministerio de un Estado supuestamente aconfesional, pero en la práctica militante contra el cristianismo, denuncie ante la Fiscalía a un obispo por ejercer su ministerio. Esta denuncia, es una advertencia a la población: hablar de pecado, de redención, de verdad, puede costarte caro.

La teología católica enseña que el pecado original introduce un desorden en el mundo, que afecta no solo a las relaciones humanas sino también a la naturaleza. Esto incluye la enfermedad, el dolor, la muerte, y sí, también la discapacidad.

Pero afirmar esto no es despreciar a nadie, sino reconocer el misterio del sufrimiento humano y proclamar que incluso en ese sufrimiento hay una vocación, una misión y una esperanza. ¡Eso es Evangelio!

Defender la verdad no es delito

Los que buscan condenar a Reig Pla no lo hacen porque no entiendan lo que ha dicho. Lo hacen porque saben perfectamente que lo que ha dicho pone en jaque sus dogmas ideológicos.

Lo hacen porque su sola presencia recuerda que hay una verdad que no depende del BOE ni de la agitación en redes sociales. Y porque su palabra firme y serena les estorba en su proyecto de ingeniería social.

Desde aquí, elevamos una oración por Reig Pla y por todos los pastores que, con fidelidad y sin temor, anuncian a tiempo y a destiempo la verdad del Evangelio.

“Bienaventurados seréis cuando os insulten y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa” (Mt 5,11). Monseñor, gracias por enseñarnos con su vida que esta bienaventuranza está más viva que nunca.

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3 Comentarios. Dejar nuevo

  • Razonar con esta gente es inútil. Chapotean en la irracionalidad. Ante lo que se les viene encima por vía judicial reaccionan con histerismo y descargan su culpabilidad sobre inocentes chivos expiatorios, en este caso el obispo Reig Pla.

    Por lo demás, su hipocresía es tan desmesurada que no se dan cuenta de la impostura en que se apoltronan cuando denuncian al obispo, que no ha dicho nada malo sino todo lo contrario, mientras que su abominable ley del aborto fomenta que se mate antes de nacer prácticamente a todas las personas que adolecen de la discapacidad que se conoce como síndrome de Down. Aunque hay noticias que dan un porcentaje de abortos por este motivo del 83%, se quedan cortas. La nueva técnica de detección precoz hace posible señalar y estigmatizar a estas personas en fase muy temprana y por consiguiente abortarlas dentro del plazo de las 14 semanas en que no hay que aducir razón alguna para solicitar a sicarios acreditados -como los llamaba el Papa Francisco- que les quiten una vida que, debido precisamente a su discapacidad, carece de valor. Esta es la verdad que se niegan a reconocer, y por eso atacan con sus mentiras y falsificaciones a quienes como Monseñor Juan Antonio Reig Pla defienden el derecho a la vida para todas las personas, sea cual sea su edad y condición.

    Estos gobernantes desalmados y sus voceros mediáticos no se merecen otra cosa que una denuncia por difamación, acoso y coacciones a la libertad de opinión y expresión.

    Responder
  • José González
    23 mayo, 2025 21:11

    La verdad es que hablar del pecado original y sus consecuencias es verdaderamente complicado, porque supone creer que ese pecado existió, lo que creo no es una verdad de Fé. Pensar que las consecuencias de dicho pecado nos siguen persiguiendo después de no sé cuántos milenios de existencia humana, de que supuestamente Jesucristo vino a redimir a la Humanidad de él, de que nos bautizamos para limpiarnos del pecado original, etc La verdad es poner la Fé en cuestión. Es decir, pedir demasiado. Lo cual no es cuestionar las creencias y el discurso de Mons. Reig Pla.

    Responder
    • Yo diría que la doctrina del pecado original es dogma de fe en la Iglesia Católica. En el Catecismo figura, nates del párrafo 388, este epígrafe: “El pecado original: una verdad esencial de la fe”
      Y en párrafo 377, se lee lo siguiente, que me parece fundamental:

      “La realidad del pecado, y más particularmente del pecado de los orígenes, sólo se esclarece a la luz de la Revelación divina. Sin el conocimiento que ésta nos da de Dios no se puede reconocer claramente el pecado, y se siente la tentación de explicarlo únicamente como un defecto de crecimiento, como una debilidad psicológica, un error, la consecuencia necesaria de una estructura social inadecuada, etc. Sólo en el conocimiento del designio de Dios sobre el hombre se comprende que el pecado es un abuso de la libertad que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente.”

      Que se tenga fe o se niegue esta doctrina no tiene nada que ver con la inculpación a Reig Pla de incitar al odio, lo cual es una falsedad fruto de la mala fe.

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