Este domingo, 13 de noviembre, se ha celebrado la Jornada Mundial de los Pobres, que la Santa Sede lo ha celebrado en la Basílica Vaticana con el Papa Francisco, que ha estado junto a los pobres para pedir a los cristianos no dejarse engañar por magos y horóscopos, por profetas del desastre y populismos, a no dejarse vencer por la sordera interior y escuchar el grito sofocado de los más débiles, de los pobres y a testimoniar el Evangelio de Jesús.
La Basílica Vaticana estuvo llena de de obispos, sacerdotes y fieles, en su mayoría, familias pobres, algunas personas sintecho, inmigrantes, discapacitados, acompañados por voluntarios de la Cáritas y otras asociaciones, según informa Vatican News.
Todos los presentes escucharon la reflexión del obispo de Roma, que invitaba a dejar de mirar los majestuosos y colorados mármoles y piedras del templo, para ver al ser humano, que es “el templo de Dios”, para que puedan leer, como pide el mismo Jesús en el Evangelio de hoy, los “eventos turbulentos y dramáticos que marcan la historia humana”, sin dejarse engañar y dando su propio testimonio.
Francisco recomendó a los cristianos que en eventos y dificultades no deben alarmar o preocupar, incluso, como dice Jesús “no se dejen engañar” por suplantadores, no se alarmen “cuando oigan hablar de guerras y revoluciones”, en otras palabras, no caer en la “tentación de leer los hechos más dramáticos de manera supersticiosa o catastrófica” y pensando en un supuesto fin de mundo, dejar de hacer el bien.
“Si pensamos de esta manera, nos dejamos guiar por el miedo -afirmó Francisco-, y quizás luego buscamos respuestas con curiosidad morbosa en las fábulas de magos u horóscopos, que nunca faltan; o bien, confiamos en fantasiosas teorías propuestas por algún “mesías” de última hora, generalmente siempre derrotistas y conspirativas. Aquí no está el Espíritu del Señor”.
El Papa llama en el evento a no dejarse deslumbrar por “curiosidades ridículas”, a no dejarse engañar por el miedo, a no ceder al derrotismo, sino a aprender a leer con los ojos de la fe, los acontecimientos dramáticos, las situaciones de dolor, guerras, revoluciones y calamidades, porque como dice Jesús, “todo esto no es el final”.
La Palabra de Jesús en la Jornada Mundial de los Pobres
“Hermanos y hermanas, en esta Jornada Mundial de los Pobres la Palabra de Jesús es una fuerte advertencia para romper esa sordera interior que nos impide escuchar el grito sofocado de dolor de los más débiles”, exclama el Papa Francisco al recordar que vivimos en sociedades heridas y asistimos, a escenarios de violencia, injusticia y persecución, asistimos a una guerra cruel y despiadada como la de Ucrania “que provoca la muerte de tantos inocentes y multiplica el veneno del odio”. Presenciamos, a decir del Pontífice, la crisis del cambio climático, los miles de personas que emigran en busca de esperanza y muchas otras que viven en precariedad por la falta de empleo, en condiciones injustas e indignas.
El Papa añade: “Y también hoy los pobres son las víctimas más penalizadas de cada crisis. Pero, si nuestro corazón permanece adormecido e insensible, no logramos escuchar su débil grito de dolor, llorar con ellos y por ellos, ver cuánta soledad y angustia se esconden también en los rincones más olvidados de nuestras ciudades”.
“No podemos quedarnos -concluye-, como aquellos de los que habla el Evangelio, admirando las hermosas piedras del templo, sin reconocer el verdadero templo de Dios, que es el ser humano, especialmente el pobre, en cuyo rostro, en cuya historia, en cuyas heridas está Jesús. Él lo dijo. Nunca lo olvidemos”.
