El candidato socialista a la Alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni, protagonizó unas declaraciones en una entrevista a La Vanguardia en las que mostraba un mal del que adolecen numerosos políticos hoy en día: creer que una ideología concreta debe ser aceptada por todos y ser exhibida en los edificios públicos.
En la batalla por ser alcalde, la que ha sido hasta ahora alcaldesa, Ada Colau, afirmó recientemente que se sometería a la votación para ser investida alcaldesa aunque no hubiera cerrado todavía el pacto de gobierno.
Es en ese contexto que el candidato socialista Jaume Collboni no tardó en salir –lo hizo esa misma tarde– para contestar a la líder de BComú.
“No daremos un cheque en blanco”, apuntó Collboni. “No tiene sentido investir a una alcaldesa que no se haya comprometido a gobernar antes con nosotros”, añadió. “No nos podemos imaginar que alguien se tire a la piscina sin que haya agua”, subrayó el dirigente socialista.
Jaume Collboni, la bandera arcoiris es «progreso»
Cuando el político es preguntado sobre si poner el lazo amarillo en el balcón del Ayuntamiento por parte del equipo de Ada Colau ha sido «el mejor comienzo», Collboni ha utilizado el ejemplo desafortunado de la bandera arcvoiris.
«Ha sido una decisión precipitada y un error -afirmó Collboni-. Nos oponemos porque es un símbolo que divide a la sociedad, aunque haya personas que le den otro atributo. El Ayuntamiento es la casa de todos».
El líder socialista ha añadido: «Defiendo otros símbolos de progreso y que unen como el «Welcome refugees», los referentes en el 8-M o el del orgullo gay».
Cabe preguntarse, o preguntar a Collbnoi, si considera que «El Ayuntamiento es la casa de todos» para justificar su rechazo a poner en el edificio de esta institución el lazo amarillo independentista, ¿no es el mismo argumento válido cuando se trata de la bandera gay? Si una ideología no representa a todos, ¿por qué otra debe hacerlo a su juicio aunque esa no sea la realidad?