Enoch Burke es docente irlandés de la escuela anglicana Wilson’s Hospital School, un internado ubicado a unos 88 kilómetros al oeste de Dublín.
Un calvario legal
Enoch se ha enfrentado desde 2022 a una serie de sanciones, despidos y encarcelamientos debido a su negativa a dirigirse a un estudiante en transición de género con el pronombre deseado por el alumno.
Este acto, motivado por sus firmes convicciones cristianas evangélicas, ha desencadenado un calvario legal que lo ha llevado a prisión en tres ocasiones en los últimos dos años.
En defensa de sus creencias religiosas
El conflicto comenzó cuando Niamh McShane, la directora de la escuela, informó al personal que un estudiante en transición debía ser tratado con un nuevo nombre y pronombre. Burke, en defensa de sus creencias religiosas, se negó a cumplir con esta directiva, argumentando que el uso de pronombres asociados al género no binario iba en contra de su fe. Como resultado, fue suspendido de su puesto en agosto de 2022 y, tras una serie de altercados, la escuela obtuvo una orden judicial que le prohibía entrar al recinto.
A pesar de esta medida, Burke continuó presentándose diariamente, lo que llevó a su primer arresto y encarcelamiento durante 100 días.
El caso de Burke no solo ha captado la atención de los medios, sino que también ha desatado un intenso debate sobre los límites de la libertad de expresión y las convicciones religiosas en el contexto educativo.
La lucha de Burke contra «imposición de la ideología de género» es un acto de valentía. Burke ha declarado que la escuela le ha obligado a actuar en contra de su conciencia.
Imposición ideológica
Después de su liberación en diciembre de 2022, la batalla legal continuó. En 2023, Burke fue encarcelado nuevamente por violar una orden judicial que le prohibía acercarse a la escuela.
Su firme postura lo mantuvo en prisión durante aproximadamente 300 días, hasta que fue liberado temporalmente en junio de 2024, cuando las clases finalizaron.
Sin embargo, con el inicio del nuevo año escolar en agosto de 2024, Burke volvió a ser arrestado tras intentar ingresar de nuevo al campus, lo que condujo a su tercer encarcelamiento.
El 2 de septiembre de 2024, el Tribunal Superior de Dublín decidió que Burke permanecería en la prisión de Mountjoy hasta el 11 de octubre, fecha en la que se revisaría su caso.
Lo más sorprendente es que el juez dejó claro que Burke podría ser liberado en cualquier momento si se disculpaba y se comprometía a no interferir en las actividades de la escuela. Esta condición es un atentado contra su libertad de conciencia.
Mientras el gobierno irlandés guardan silencio, muchos observadores temen que este incidente sea un reflejo de una tendencia más amplia de erosión de las libertades religiosas en el continente.
En Irlanda su caso pone de relieve las tensiones entre la libertad religiosa y el adoctrinamiento y manipulación de los menores como consecuencia de la ideología de género.