Los frailes capuchinos de antes de la supresión religiosa de 1835 fueron expertos en la preparación de las ensaladas remineralizantes y, sobre todo, se mostraron bastante hábiles en la práctica de cocinar las hortalizas como alimento regulador del organismo. La vida austera de los frailes y sus costumbres saludables en la mesa favorecían la buena salud de los religiosos.
En las huertas conventuales los frailes cultivaban todo tipo de hortalizas, con algunas variedades, hoy perdidas o poco conocidas, como la col de Fuad, la escarola barba de capuchino o una variedad de guisante tirabeque llamada catxáxos. También cultivaban la borraja, la verdolaga, el berro y los armuelles. Hoy os hablaré de los armuelles.
Los armuelles o Atriplex patula, (lat., Atriplex hortensis; cast. Armuelle), según una antigua receta de los frailes capuchinos no se pueden comer aderezados sino que se han de servir a la mesa bien cocidos. Actualmente los armuelles son verduras muy poco cultivada en nuestras huertas, ya que han sido desplazados por las acelgas y por las espinacas. Los antiguos frailes describieron así los armuelles: «son una planta hortense de la altura de un palmo, de hojas triangulares y recortadas, arrugadas, y las flores muy pequeñas y verdes. Las hojas de los armuelles se suelen comer cocidas como las espinacas, y para tener en proporción, hay que sembrar cada mes. Los que dispongan de un huerto, a ver si se animan a cultivar armuelles!