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Crece el número de mascotas en los hogares españoles: casi seis animales de compañía por cada menor

Familia

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El número de mascotas en los hogares ha sobrepasado significativamente al de los niños menores de cuatro años. Según los últimos datos, en España hay 1.809.768 niños entre 0 y 4 años, mientras que el número de mascotas asciende a 10.474.251. Esta cifra revela una alarmante proporción: casi seis animales de compañía por cada menor de esa franja de edad. 

La caída en el número de nacimientos no es un problema reciente. En la última década, la población infantil en España ha disminuido en más de medio millón, reduciendo su porcentaje dentro de la población total del 5% al 3,7%.

Esto coloca a España como el segundo país de la Unión Europea con el menor número de niños en esta franja de edad, solo superado por Italia. Aunque la situación parece irreversible a corto plazo, no es solo una cuestión de cifras y políticas; hay un componente social fundamental que va más allá de los factores económicos o laborales.

La cuestión del servicio, sacrificio y el compromiso

Uno de los puntos clave que subyace a esta crisis demográfica es la falta de sacrificio, compromiso y gusto por la vida.

La sociedad ha reconfigurado sus prioridades, donde la entrega que conlleva formar una familia parece haber pasado a un segundo plano. Si bien es cierto que las dificultades económicas y laborales dificultan tener hijos, también es innegable que una parte importante de la población ha decidido no tenerlos por elección propia. Se ha extendido la idea de que tener hijos requiere un nivel de compromiso que muchos no están dispuestos a asumir, ya sea por comodidad, miedo o simplemente por preferir estilos de vida que priorizan el bienestar personal y el disfrute inmediato sobre la responsabilidad a largo plazo.

El crecimiento exponencial en el número de mascotas es otra muestra de esta transformación en las prioridades de las personas.

Mientras que el número de niños decrece, los animales de compañía ocupan un lugar central en muchos hogares.

Las mascotas, en muchos casos, reemplazan el rol que antes ocupaban los hijos.

En supermercados, encontramos estanterías llenas de comida especializada, juguetes e incluso ropa y accesorios para mascotas que, en ocasiones, parecen superar en importancia a los productos destinados a los niños.

La simpatía hacia los animales es respetable, pero no podemos ignorar el hecho de que esta tendencia refleja también una sociedad que elige evitar el regalo que supone la oportunidad de criar hijos.

Tener un perro o un gato no es comparable con cocrear y traer una nueva vida al mundo. 

Factores económicos y sociales

No se puede negar que la precariedad laboral, los elevados precios de la vivienda y la falta de políticas efectivas de apoyo a la familia han jugado un papel determinante en esta crisis de natalidad. En 2023 nacieron en España tan solo 322.075 bebés, la cifra más baja registrada desde 1941. El acceso a un trabajo estable, un salario digno y una vivienda asequible son elementos imprescindibles para que las familias puedan plantearse tener hijos. Sin estas condiciones, es comprensible que muchos jóvenes vean la maternidad y la paternidad como una tarea prácticamente inviable.

Sin embargo, a pesar de estas barreras, también es importante reflexionar sobre la falta de políticas que promuevan activamente la natalidad y apoyen a las familias. En lugar de fomentar la creación de entornos propicios para la crianza de niños, los gobiernos se han enfocado en otras prioridades, incluidas las mascotas que agravarán aún más el declive demográfico. Por no hablar de la vocación del gobierno a reducir la vida. Llámase eutanasia o la liquidación de la vida del no nacido. Ambas opciones no dejan de ser un fracaso absoluto de la sociedad entera.

Consecuencias de la pérdida de población infantil

Las implicaciones de esta situación son enormes. El hecho de que haya casi seis mascotas por cada niño en España debería ser una llamada de atención, un recordatorio de que algo fundamental está fallando en nuestra sociedad. 

La actual crisis demográfica es una combinación de múltiples factores: económicos, sociales y culturales. Pero detrás de todos ellos, también hay una elección consciente por parte de muchos individuos de priorizar otras formas de vida en detrimento de la paternidad y maternidad.  Cuando la realidad es que el hecho de ser bendecido con un hijo es mucho más desbordante que lo que uno podría imaginar recibir como regalo, por lo indigno que uno es.  

Tener claridad sobre nuestro rol como padres, tarea, misión y responsabilidad en la crianza de los hijos transforma nuestra forma de ver, vivir y actuar. Solo de esta manera, con una mirada agradecida ante la vida recibida, es posible ir más allá de lo inmediato y tangible, avanzar hacia lo trascendente y comprender el regalo inmerecido que supone el nacimiento de un hijo.

Solo de esta manera, con una mirada agradecida ante la vida recibida, es posible ir más allá de lo inmediato y tangible, avanzar hacia lo trascendente y comprender el regalo inmerecido que supone el nacimiento de un hijo. Share on X

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Amo a los animales pero no es comparable con un hijo

    Responder
  • María del Pilar
    1 octubre, 2024 12:56

    Yo no le haría daño a ningún animal, pero cuando mis hijos me hacen la broma de que me van a comprar una mascota, les digo, de perritos nada, ¡¡traedme nietos!!
    ¿Los perros y gatos van a pagar la pensión a las generaciones futuras…?

    Responder

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