No sé sobre qué escribir. ¡Pero me falta un artículo para publicar, que es mi día! Yendo a contrarreloj se me ha echado el tiempo encima y no tengo ni idea de qué contarte que pueda servirte, con jugo y gracia. Sin embargo, me sucede tantas veces con cualquier cosa en la vida que, por más que me sienta en dique seco, es sentarme y hacer. Pero debo sentarme, eso sí. Y luego, hacer. Por tanto, es cuestión de fuerza de voluntad, de ponerse manos a la obra. Si no hacemos, ¿qué excusa tendremos?
Así es, amigo, amiga. Es necesario no parar las cosas que no deben parar para que la vida de cada uno encuentre su propio sentido. Sentido de la vida. “Ilusión y esfuerzo”, decía un psicólogo amigo mío. Hacer ”algo”, con la única condición de que sea ético, reflejo del Creador. Ahí es donde se descubre que en lo ordinario se esconde lo extraordinario. Si dedicamos a cada día su momento, haciendo extraordinario lo ordinario, nos daremos cuenta de que cada momento es una oportunidad maravillosa para hacer cosas maravillosas… o bien un pozo sin fondo en el que uno se sumerge sin encontrar más que ponzoña, y que además tragarás a cada bocanada de aire que respires. Ahí hay tantos que sucumben, porque “no hacen nada”.
Esos días maravillosos de radiante alborada descubrimos que el sol sale pronto y culmina su cénit con brillos de vivo escarlata; por el contrario, en los días “de no hacer nada” permanecen las horas dormitando en la morada a oscuras, prolongando un vacío frío que a cada segundo que pasa nos vacía de contenido y de las propias fuerzas para llegar a hacer algo que nos dé sentido. Porque no hay manera más ineludible de quedarse sin fuerzas que no ejercitarlas. Se pierde el músculo.
Pero, además, hay otro problema (sin dudarlo, te diré que hay tantos problemas como la ponzoña te pueda gritar). Es aquel con el que tú sepas (sinceramente) que no estás cumpliendo. Por el contrario, si cumples con tu cometido, si persigues ese instante eterno que te garantiza el porqué unipersonal e intransferible que te trae como propina inmerecida la vida cada día, a cada minuto, a cada segundo…, entonces, estarás viviendo la vida. Paso a paso. Día a día.
No lo dudes. En desvelar esa vivencia de cada instante se encuentra ese sentido de la vida del que te he hablado, esa plenitud de cada momento que se expande sin que puedas entender muy bien el cómo ni el porqué, pero que en ese estado lo que menos te importa es saberlo, porque por entonces ni sabes que estás cumpliendo, pues ni eso te planteas; sencillamente, te sientes pletórico, pletórica, vivo, viva. Y respiras largo y hondo, y con eso te basta. Es la Vida. Es el Amor. Es el Cielo. Alcanzarlos es poseerlos; un tipo de posesión que ni infla, ni desinfla, ni desmerece, ni disgusta, ni desgasta. Ahí descubres que la verdadera posesión está en ser cada uno sí mismo, compartiendo esa mismedad con los honrados de la Vida, del Amor y del Cielo.
Así pues, tú, amiga del alma, tú, amigo de las horas, procura tú “sentarte y hacer”, aunque no sepas ni qué ni cómo. Da. Sueña. Regala. “Con ilusión y esfuerzo”. Ya ves, te lo demuestro con mis palabras, que van saliendo. Podrás advertir, mirando atrás estas líneas, cómo he sido capaz de transmitirte mi desvelo para que incidiendo con determinación -tú y solo tú- en tu día a día sereno y confiado, por la noche sepas y puedas decirte también: “He hecho lo que podía, que es lo tenía que hacer”. Sentirás que ese es tu premio, y sonreirás, y la vida te sonreirá… y más y más hasta tu Cielo eterno. Te lo habrás ganado.
Si persigues ese instante eterno que te garantiza el porqué unipersonal e intransferible que te trae como propina inmerecida la vida cada día, a cada minuto, a cada segundo…, entonces, estarás viviendo la vida Share on XYa puedes inscribirte en la III Asamblea Virtual ForumLibertas – Alternativa cultural cristiana que tendrá lugar el próximo miércoles, 8 de junio a las 19:00 h (hora española). Para recibir el enlace zoom, cumplimenta el seguiente forumlario: