Greta Thunberg, ¿reivindicación científica generacional o propaganda ideológica sesgada?

Greta Thunberg es la joven activista medioambiental sueca que se ha erigido como supuesta voz representativa de la generación millenial, que reclamaría una conciencia superior sobre el impacto del hombre en la naturaleza y el cuidado del ecosistema del planeta.

Su presencia en el espacio mediático es constante y relevante. Este mismo miércoles, 3 de diciembre, por ejemplo, se prepara para llegar a Lisboa como primera etapa para su desembarco definitivo en Madrid donde tendrá lugar en la Cumbre del Clima como ya tuvo su presencia en el Climate Action Summit 2019 en la ONU, en Nueva York.

Sin embargo, esta joven de aspecto gruñón, más allá de sus intervenciones incisivas, estaría involucrada en una visión del mundo que excedería lo meramente climático y que querría aprovechar su tirón mediático para, más de lo mismo, propagar de nuevo ideologías concretas que nada tiene que ver con la visión científica en la que se escuda Thunberg.

¿Greta Thunberg, ideóloga de género?

El 29 de noviembre Greta Thunberg publicaba un artículo titulado Why We Strike Again («Por qué atacamos de nuevo», en castellano) firmado por otras dos personas en el que afirmaba: «La crisis climática no trata solo de medioambiente: la han creado los sistemas de opresión coloniales, racistas y patriarcales». Y añade: «Necesitamos desmantelarlos a todos. Nuestros líderes políticos no pueden eludir durante más tiempo sus responsabilidades»:

El artículo revela que tras las supuestas y científicas buenas intenciones de Greta: la defensa del planeta, hay oculta una agenda más ambiciosa y completamente alineada con la ideología de género y el feminismo radical. Aspectos, todos ellos, que no están probados científicamente y que son dogmas pseudocientíficos que tratan de legitimar algunos lobbies de presión.

Y es que no existe relación alguna entre el cambio climático, el cuidado del planeta o las ideologías de género que defienden la existencia de un estado heteropatriarcal. Tampoco no resulta ético que una persona que adquiere relevancia por una cuestión la aproveche para hacer propaganda de otras cuestiones. Al tratarse Greta de una niña, cabe preguntarse quién hay detrás de estos intereses. Los padres, pero, ¿solo ellos?

La hermana de Greta Thunberg, Beata Thunberg ¿la nueva heroína feminista?

El activismo de Greta Thunberg estaría impulsada por su familia, ya que fueron sus padres los que la instruyeron para la causa.

Unas recientes informaciones que se han podido ver en varios medios de comunicación aseguran que los padres de Greta estarían preparando a su hermana pequeña para que lidere otra causa, la feminista.

Beata y Greta tienen en común que presentan un cuadro psicológico complejo. Greta padece síndrome de Asperger, trastorno obsesivo compulsivo y mutismo selectivo, mientras que Beata sufre TDAH con rasgos de Asperger, trastorno obsesivo compulsivo y trastorno de oposición desafiante.

Beata, de 14 años, está haciendo sus pinitos en el mundo de la música y este año ha publicado su primer disco, el cual ha promocionado en diversos programas de la televisión sueca. Sin embargo, a diferencia de su hermana, como activista parece más encaminada hacia el feminismo.

Según cuenta Malena Ernman, madre de las hermanas Thunberg, en su libro ‘Nuestra casa está ardiendo’, «a Beata no le gusta practicar deporte porque el objetivo siempre es ganar, algo que fascina a los chicos. Tampoco le gusta jugar a las cartas porque tiene sus propias reglas que nadie comparte: la dama siempre gana al rey. Y no entiende por qué los chicos valen más que las chicas y por qué sólo se les escucha a ellos».

Cuando la pequeña Beata le pregunta a su madre por qué esto es así, la madre confiesa en su libro que le responde: «Son las estructuras patriarcales de la sociedad». 

Ya sabemos de dónde nacen las palabras de la mayor de las hermanas y la agenda que se esconde detrás de la defensa del planeta y contra el cambio climático.