Muchos conocen a Grace Villarreal, pero no todos saben que el motor detrás de su fuerza en los contenidos que produce es Dios.
Villarreal, una de las primeras influencers en España, cuyo orden de prioridades es Dios, ser madre y luego su trabajo en redes sociales como Youtube o Instagram, donde cuenta los seguidores por cientos de miles. Una audiencia que, según ella, no le penaliza por ser cristiana, todo lo contrario: «Ya nadie piensa que eres menos por amar a Dios y eso es un punto para mí«.
Ahora, ha ofrecido una entrevista en el canal de jóvenes con valores A la de Tres, en la que recuerda uno de sus momentos más tristes: “Perdí el Norte porque no me centré en lo que realmente me importa: primero Dios y luego mi familia”.
La pregunta que plantea el entrevistador es ante esta respuesta si en el momento que salió de sí misma fue más feliz. A lo que sin pensarlo contesta lo siguiente: “Claro, en el momento en el que me di cuenta de que lo importante no es mi éxito personal, sino mi relación con Dios, redirigí mi vida y consecuentemente, ahora soy feliz”.
Grace Villarreal es una mujer feliz. ¿Por qué? Porque para ella lo más importante son sus principios. Ella es madre e influencer desde hace 10 años -se casó con 20- y, desde entonces, con altibajos (más altos que bajos) no ha dejado de luchar por lo que se metió en este mundo: “ser luz en las redes”.
