Pocos se acuerdan de la polémica suscitada por la reforma del aborto del Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, que cambió una Ley de supuestos para abortar por una de plazos. Unos plazos que permitían y permiten el aborto libre hasta las 14 semanas de embarazo. Sin embargo, hubo una propuesta aún más antinatalista que esa: permitir que las chicas abortaran sin consentimiento paterno desde los 16 años y no desde la mayoría de edad como al final se aprobó y sigue siendo.
Sin embargo, el nuevo presidente del Gobierno de coalición, Pedro Sánchez, junto con su coalición con Unidas Podemos se ha comprometido a regresar a aquella propuesta y a hacerla realidad.
Es decir, el nuevo Ejecutivo planea aprobar una reforma de la Ley del aborto que permitiría a las jóvenes de 16 y 17 años abortar sin que sus padres lo lleguen a saber.
A menudo, a esas edades las jóvenes son sometidas a presiones de sus parejas para que aborten y en una situación de vulnerabilidad como la que se encuentran pueden llegar a hacerlo sin que sea su voluntad. En ese sentido, la figura de los padres resulta fundamental para prestar el apoyo psicológico y emocional necesario en una situación que no deberían de estar viviendo, pero que la sociedad sexualizada de hoy en día provoca.
Un Gobierno de coalición, que legisla desde la excepción
Como en otras circunstancias en las que gobiernos autodenominados progresistas han tratado de hacer ingeniería social cambiando leyes que contribuyeran a impactar en la manera de vivir de las personas, lo que están haciendo los medios de comunicación afines a estos partidos es tratar de legislar a partir de una excepción que contribuya a justificar la reforma legal del Gobierno de coalición.
En este contexto se está publicitando el caso de la madre del bebé que murió tras ser arrojado al río Besòs, el pasado 24 de septiembre, al parecer habría pedido ayuda para abortar en un servicio municipal pero se encontró con que al tener 16 años necesitaba del permiso de sus padres. Al no realizar el aborto, la joven, según narran las cabeceras de la progresía, se habría visto abocada a matar a su hijo tras nacer.
La circunstancia, de salir adelante, como así parece si prosigue en su empeño el Gobierno de coalición, podría ser del todo esperpéntica porque en la actualidad las menores de 18 años deben pedir permiso para hacerse un piercing, pero con el nuevo contexto legal podrían abortar sin ese permiso.
Lo absurdo de la situación es que esa misma menor no pueda votar para decidir quién será el alcalde de su pueblo, no pueda hacerse un ‘piercing’ sin autorización paterna, pero pueda eliminar una vida humana que late en su vientre, sin el consentimiento de los padres.
Esas son las contradicciones que espera construir Sánchez con el PSOE y Iglesias con Podemos en el nuevo gobierno de progreso, dicen, en la sociedad española.
3 Comentarios. Dejar nuevo
O sea…como a los padres no nos duelen los hijos, pues nada, que sean otros los que les digan lo que tienen que hacer…
Cuando la politica se mete en la intimidad de las familias, como de hecho sucede en la actualidad, las familias poco a poco van perdiendo derechos, libertad, intimidad…y acaban desintegrandose.
¡Que Dios nos guíe!
Madre, COINCIDO!!! Somos mayoría en el mundo, debemos demostrar no sólo lo que no queremos, sino también lo que no toleraremos ni permitiremos
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