A finales de marzo comenzó oficialmente el confinamiento por la pandemia de la Covid-19 en España y otros países. Esa situación ha tenido un impacto beneficioso para varias áreas, entre ellas la formación online, que ha acelerado su adopción a escala global.
Si bien algunas personas pudieron mantener el mismo horario laboral o escolar que tenían desde la comodidad de su hogar durante el confinamiento y posteriormente, otras han visto afectados sus trabajos o sus formaciones.
De hecho, numerosos nuevos graduados se encontraron con un mercado laboral absolutamente bloqueado y en severa crisis.
La incertidumbre ha paralizado los proyectos vitales de muchas personas. Pero esta misma incertidumbre ha animado a otros a empezar a ver en la formación online. Se trata de una manera de potenciar su currículo y no permitir que este tiempo sea un paréntesis improductivo, sin más.
Y es que la formación online ha despegado, probablemente para quedarse. Las plataformas que ofrecen este tipo de formación han incrementado su actividad y una enorme cantidad de recursos se han liberado de forma gratuita online.
Las personas han descubierto plataformas que ofrecen cursos de todo tipo en Khan Academy, Domestika, Coursera, Udemy, edX, LinkedIn Learning o Crehana, por nombrar algunos. Con ello mejoran sus perfiles profesionales, se ponen al día sobre temas de diversos tipos o simplemente amplían su conocimiento.
Se puede aprender a escribir letras de canciones con profesionales de Berklee College of Music; familiarizarse con la geopolítica europea en Science Po; aprender a negociar en la Universidad de Michigan; aprender un nuevo idioma con edX o cómo utilizar el paquete de productos de Adobe con la variedad de cursos que ofrece Crehana.
El reto de escoger el curso adecuado
Hay también plataformas de referencia en internet como Mundo Cursos, que seleccionan los mejores cursos de las diferentes áreas de aprendizaje. De esa manera, hace más fácil la elección de la mejor formación a escoger para una persona.
El éxito de esta plataforma no se debe solamente porque su estructura facilita encontrar la formación que se necesita. También porque su selección de cursos analiza las principales plataformas de formación online y las jerarquiza por valor e importancia.
La variedad de recursos online es prácticamente inacabable. Normalmente, si se desea una certificación, el inscrito debe pagar una tarifa por el certificado.
Sin embargo, este gasto no es tan considerable como supondría recibir un curso presencial. Sobre todo, considerando que excelentes instructores de las mejores universidades e instituciones educativas del mundo imparten gran parte de la formación online disponible en estas plataformas.
El nombre propio de la formación online: los MOOC
Los Cursos Online Masivos y Abiertos (conocidos popularmente como MOOC) trascienden los límites que imponen las distancias y, en cierta medida, los costes.
Además de las clases acreditadas, los estudiantes pueden obtener títulos, especializaciones e incluso maestrías en línea.
La flexibilidad de los MOOC, a su vez, supera las barreras de tiempo porque estos cursos se pueden recibir en cualquier momento a un ritmo personal; cada persona invierte la atención que su realidad le permite. En la mayoría de los casos, los usuarios pueden comenzar el día que deseen.
Aunque estos cursos han estado en el mercado de la educación en línea durante más de 12 años, su valor hoy en día se cuestiona porque representan un cambio de paradigma.
La modalidad de enseñanza presencial comienza a mezclarse con la virtual y muchas personas no se pueden adaptar a este cambio. Sin embargo, estas nuevas modalidades seguirán aumentando.
Se pronostica que este segmento de mercado de la formación online tendrá un valor de $ 243 mil millones en 2022, según datos de Statista.
Coursera, por su parte, registró diez millones de nuevos usuarios desde mediados de marzo hasta mediados de mayo.
Un valor añadido al currículo
Si bien el escepticismo aún rodea el valor de los MOOC, el hecho es que los recursos certificados agregan un valor significativo al curriculum vitae, especialmente si se comparten en LinkedIn, la red más grande de profesionales, porque ayudan a proporcionar un perfil más activo y robusto.
Además de los conocimientos y habilidades que ayudan a desarrollar, los cursos en estas plataformas también aportan una imagen más autodidacta al currículum del solicitante, una cualidad muy valorada por los empleadores.
Entre las habilidades más demandadas en el mundo, según LinkedIn, se encuentran la gestión de blockchain, el razonamiento analítico, el diseño de la experiencia del usuario (UX), el análisis empresarial, el marketing, las ventas, la informática científica, la producción de vídeos, la inteligencia emocional y la creatividad, por nombrar algunos.
Desde la cuarentena global y la situación de crisis sanitaria, ha habido un auge en la acreditación de estos recursos de certificación ligados a la formación online. Una realidad inevitable.
