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Festival de música católica reúne a 40.000 personas en Brasil

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El pasado 17 de mayo, más de 40.000 personas se congregaron en Santa Bárbara d’Oeste, una ciudad brasileña de 180.000 habitantes, para participar en el festival católico “Summer Night”.

Se trata de un evento que combinó música, oración, confesión y adoración en una experiencia que muchos describieron como una auténtica renovación espiritual.

Durante doce horas, desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana, dos escenarios dieron vida a un maratón de conciertos católicos con la participación de 17 cantantes, bandas y DJs.

Pero, más allá de la música, el centro del festival fue Jesucristo, presente en la Eucaristía y en los corazones de quienes buscaban un encuentro personal con Él.

Música para evangelizar

La “Summer Night” fue organizada por la Diócesis de Piracicaba, con el impulso decidido del obispo Devair Araújo da Fonseca, quien soñaba con un evento capaz de llegar al corazón de los jóvenes.

Esto no es solo un festival. Es un encuentro con Jesús. Se trata de despertar”, afirmó monseñor da Fonseca durante la Misa central del evento.

Además de los conciertos, el evento contó con una capilla de adoración y la participación de más de 40 sacerdotes que atendieron confesiones durante toda la noche.

La demanda fue tan grande que muchos fieles no lograron confesarse a pesar de las largas horas disponibles, testimonio del fervor espiritual que se vivió.

Una alternativa católica frente a la cultura secular

El fundador del evento, Antônio Cerqueira Junior, explicó que “Summer Night” es una evolución del ya conocido “Summer Beats”, un festival de música que, en sus inicios, incluía a artistas evangélicos y católicos, y que desde 2018 se convirtió en un evento plenamente católico.

Los eventos de música católica en Brasil todavía son escasos, y la mayoría de las iniciativas religiosas se centran en congresos sin una dimensión artística.

Esto contrasta con el auge de los festivales de música gospel evangélica, que han logrado construir una industria millonaria y una fuerte presencia entre los jóvenes.

En ese contexto, “Summer Night” representa una nueva forma de evangelización: con calidad técnica, creatividad y alegría, sin renunciar al contenido profundo del mensaje cristiano.

Un espacio para todas las generaciones

Aunque la audiencia fue predominantemente joven, el obispo destacó que participaron muchas familias completas, con niños y personas mayores.

Incluso se observó la presencia de no católicos, lo que revela la capacidad del evento para atraer a personas más allá de las fronteras eclesiales.

La entrada fue completamente gratuita, lo cual facilitó la llegada de peregrinos desde diferentes estados de Brasil.

La propuesta pastoral de ofrecer un espacio de música y adoración fue bien recibida por quienes anhelan una forma de vivir la fe acorde a los tiempos actuales.

El poder de la belleza y la comunión

“El arte puede ser un camino hacia Dios”, comentó monseñor da Fonseca. “La belleza de la música, la comunión con tantos hermanos, y el fervor de las confesiones nos muestran que el Espíritu Santo sigue actuando en medio de nosotros, especialmente cuando nos atrevemos a salir de los moldes tradicionales y buscamos nuevos lenguajes para anunciar a Cristo”.

La experiencia fue tan positiva que el obispo ya ha anunciado su intención de organizar la “Summer Night” cada año, además de extender eventos similares a otras partes de la diócesis.

“Summer Night” fue un testimonio vivo de que la música, cuando está al servicio del Evangelio, puede ser instrumento de conversión, encuentro y esperanza.

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