A la pregunta de qué hace el Ministerio de Igualdad de la ministra Irene Montero con sus 573 millones de euros de presupuesto, la respuesta es campañas como la que ha lanzado para apoyar a «las mujeres reales» por un valor de 1.259.269 euros para diseñar e impulsar una iniciativa gubernamental a favor de todos los tipos de cuerpos de mujeres. El feminismo sale muy caro.
La campaña está integrada por un vídeo en el que durante medio minuto aparecen mujeres con pelos en las axilas, con kilos de más, de edad avanzada, en silla de ruedas, con mastectomía, con poco pelo y con rasgos orientales.
La campaña para promover el feminismo se promueve bajo la frase «Soy Real. Soy Auténtica», y, según ha informado OkDiario, el coste de la misma está en un contrato titulado «Servicio de compra de espacios en medios de comunicación y demás soportes publicitarios para la materialización de la campaña de sensibilización contra los cánones y estereotipos sexistas de belleza» (televisión, radio, prensa, exterior, digital y redes sociales). A este contrato hay que sumar 102.245 euros en el «Servicio para el diseño de la creatividad y la producción» de la campaña, que ha adjudicado a la empresa The Tab Gang SL.
La directora del Instituto de las Mujeres de Igualdad, Toni Morillas (de Izquierda Unida), ha justificado la campaña porque persigue el objetivo de «concienciar a la población general sobre los estereotipos de género» en comunión con el feminismo.
Morillas afirma que se quiere luchar contra «la imposición de unos modelos de belleza femeninos, normativizados e irreales, que se convierten en un parámetro de su valoración por su aspecto físico». Y lo justifica afirmando que vivimos en una sociedad donde «estereotipos condicionan las expectativas vitales de las mujeres, especialmente de las niñas, y pueden llevar a generar situaciones de violencia estética en su manifestación más extrema».
Morillas, que está en el equipo de Montero, afirma: «‘Soy real, soy auténtica’ es una llamada a la acción, a que la sociedad mire libre de estereotipos de género a las mujeres. Porque los estereotipos dañan nuestra salud y nuestra autopercepción individual y colectiva. Con esta campaña, decimos que todos los cuerpos, diversos, son válidos«.
Esta campaña no es la primera planteada por el Instituto de las Mujeres, que ya suma una anterior, lanzada durante el verano y titulada «El verano también es nuestro», un cartel con varias mujeres disfrutando de la playa.
Esta última campaña del feminismo fue duramente criticada, ya que se usaron fotografías de redes sociales sin pedir consentimiento a las mujeres, la mayoría modelos extranjeras que no fueron consultadas. Las afectadas pidieron al Gobierno español una indemnización, pero el Ministerio culpa a la artista que contrató y descarta pagar una compensación. Un cartel creado para empoderar a las mujeres desempoderando a las mujeres que usaron para diseñar el cartel.
Igualdad decide establecer qué son los cánones de belleza actuales, para ello el Ministerio cita el informe “La sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español. Percepciones subjetivas e impacto de la formación”, que afirma que «los roles asignados y ciertos imperativos estéticos lleva a las mujeres jóvenes a percibir sus cuerpos con inseguridades y tensiones, producto del ideal de belleza y perfección al que se los someten».
Se asegura que hay «autoimposición» de elementos como «la depilación, el maquillaje, los peinados, el tipo de ropa y accesorios que se usa, el peso y la estatura». Todo ello establece «patrones de belleza que se exigen en distintos ámbitos, no solamente en el marco de las relaciones afectivas, sino también en el laboral y en el familiar».
Este Ministerio basa gran parte de su acción en la construcción de realidades paralelas ligadas a la ingeniería social que quieren imponer las ideologías de género. Para ello utilizan también los recursos públicos en construir ideologías partidistas.
