El 29 de mayo de 2025, la Comisión Europea inició una investigación formal contra Pornhub y otras tres plataformas pornográficas (Stripchat, XNXX y XVideos).
¿El motivo? No cumplir con las normativas del Digital Services Act (DSA), que exige a las plataformas digitales proteger eficazmente a los menores de edad.
El DSA, en vigor desde noviembre de 2022, establece que los sitios deben implementar medidas proporcionales como verificación de edad, control parental y sistemas de denuncia de abuso. Sin embargo, un simple clic afirmando “ser mayor de 18 años” es hoy suficiente para acceder libremente a estas páginas. La ley exige más, pero la realidad sigue siendo dramáticamente permisiva.
Francia planta cara: proteger a los menores, cueste lo que cueste
Frente a este descontrol, Francia ha marcado un precedente. El 7 de junio entró en vigor una ley que exige a los sitios pornográficos verificar de forma efectiva la edad de sus usuarios. La respuesta de Pornhub fue bloquear el acceso desde Francia, lo que generó una fuerte reacción política.
Clara Chappaz, viceministra de tecnología digital, fue contundente:
No se trata de estigmatizar a los adultos que consumen este contenido, sino de proteger a nuestros hijos. Si Aylo [empresa dueña de Pornhub] prefiere marcharse antes que cumplir la ley, es libre de hacerlo.”
Y con razón: 2.3 millones de menores franceses acceden mensualmente a contenido pornográfico, según la autoridad reguladora Arcom.
91% del contenido eliminado
El activismo también ha dado pasos decisivos. Laila Mickelwait, fundadora de una de las campañas globales más importantes contra Pornhub, anunció que el 91% del contenido del sitio ha sido eliminado, incluyendo más de 50 millones de videos e imágenes.
Además, se espera que gran parte del 9% restante desaparezca antes del 30 de junio, ya que Pornhub no puede garantizar la edad ni el consentimiento de quienes aparecen en esos materiales. Como bien advierte Mickelwait:
Una lucha más profunda que la ley
La eliminación de contenido es una señal positiva, pero no basta. Esta crisis revela una verdad más profunda: la cultura pornográfica no es solo inmoral, es inhumana.
La caída de Pornhub no será el final, pero sí una grieta en el sistema. Una oportunidad para que los gobiernos, las familias y las comunidades den un paso adelante. Por los menores. Por las víctimas. Por todos.