¿Cómo construir la ética civil? ¿Es posible hacerlo a partir de visiones del mundo más de una vez enfrentadas? El obispo emérito de San Sebastián José María Setién propone abordar esta cuestión, no en clave de tensión o conflicto, sino a partir del reconocimiento político del conjunto de valores presentes en la sociedad y que dialogan para construir la ética civil (Setién, 2007 ). Desde esta perspectiva, el Estado debe poner en marcha, cuando se quieren abordar algunas de las cuestiones que ponen en debate diferentes sistemas de valores, abrir un proceso de encuentro y diálogo en torno a cómo tratar estas cuestiones. Esta actividad, dice el obispo Setién, forma parte de las obligaciones del Estado pues identificar los valores comunes es una forma de construir el bien común. También es competencia, en este caso de las tradiciones religiosas, abordar estas cuestiones desde la especificidad de la fe y de los principios propios de sus creencias. Sin embargo, dice el obispo Setién, la Iglesia no puede pretender que el Estado asuma e imponga coactivamente su propia concepción del hombre y del sentido de la existencia humana, con todas las consecuencias ético-morales que de ello puedan derivarse (José María Setién «Laicidad del Estado e Iglesia» editorial PPC).
En torno a la construcción de una ética civil hay puntos de vista muy contrapuestos. La manera más efectiva de resolver la tensión moral es asumir que los valores que integran la ética civil emergen de la propia sociedad a través del diálogo y el consenso. No salen de ninguna imposición, sino del encuentro sincero. En este caso, el papel del Estado debe ser facilitar las condiciones para que se produzca este encuentro y para que los distintos agentes y actores sociales intervengan con libertad, dialoguen y establezcan estos valores que debe ser comúnmente aceptados. El Estado debe promover el encuentro y el diálogo que faciliten la ética cívica, pero por respeto a la laicidad que le es propia, no puede emitir juicios a favor o en contra de las aportaciones religiosas o de aquellas opiniones que las rechazan.