Los datos publicados el anterior viernes por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) registran una caída del PIB durante el primer trimestre de 2021. Esta situación de recesión económica pone de manifiesto no solamente la debilidad de la economía española, sino también de la fragilidad de la Unión Europea (UE). El retroceso del 0,5% se explica por el descenso del consumo y de la inversión como consecuencia de las restricciones de la tercera ola.
Después de cerrar el último trimestre de 2020 con la economía estancada (un crecimiento plano de poco más del 0,01%), una revisión a la baja de este dato o una nueva caída entre abril y junio de este año dejaría a España en recesión técnica (dos trimestres seguidos en contracción). Las pocas cifras positivas llegan del sector empresarial, que ha recompuesto balances y mantenido el tímido pulso inversor.
El INE, en todo caso, ha vuelto a alertar de la volatilidad de los datos en esta etapa de restricciones, ERTE y toques de queda, que puede llevar a revisiones significativas de las cifras. “La mayoría de los indicadores estadísticos coyunturales ofrecen a día de hoy resultados hasta el segundo mes del trimestre (febrero)”, datos que se han complementado con otros indicadores para ofrecer el conjunto del periodo.
La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB fue en este trimestre de -2,6 puntos, 3,6 puntos superior a la del cuarto trimestre. En concreto, el consumo se retrajo un 0,6% en el primer trimestre ante la vuelta a tasas negativas del consumo de los hogares y de las instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares, que mostraron descensos del 1% y del 2,1% hasta marzo, frente a las tasas del 0% y del 0,6% del trimestre anterior.
Del gasto en consumo solo se mantuvo en positivo el gasto público durante el primer trimestre, con un crecimiento del 0,5%, su más baja en dos años después de que en los dos trimestres anteriores creciera a un ritmo del 1,3%.
También volvió a valores negativos la inversión y también tras dos trimestres de avances. En concreto, entre enero y marzo la inversión se contrajo un 1,9%, frente al crecimiento del 1% del trimestre anterior y del aumento histórico del 21,5% que experimentó en el tercer trimestre de 2020. La inversión empresarial en bienes de equipo y maquinaria se mantuvo en positivo, con un avance del 0,9 %, pero destaca la caída del 5,2% de la inversión destinada a vivienda y construcción.
En la misma línea están los resultados de las exportaciones y las importaciones, que presentaron hasta marzo tasas negativas del 0,1% y del 1,3% después de haber registrado avances del 4,6% y del 6,2% en el último cuarto de 2020. Desde el prima de la oferta, todas los sectores de actividad cayeron, salvo el de los Servicios, que logró avanzar el 0,2%, con un repunte del 1,4 % del comercio, el transporte y la hostelería. La Construcción cayó un 4,2 %; la Industria, un 2,1 %; y la Agricultura, un 2 %.
La economía de la zona euro volvió a entrar en recesión después de sufrir una contracción del PIB del 0,6% entre enero y marzo, tras la caída del 0,7% del último trimestre de 2020, como consecuencia del impacto de las medidas para frenar la tercera ola de la pandemia en mucho países. El despliegue de las vacunas debería facilitar el despegue de la economía para el segundo trimestre, junto a la llegada de las ayudas de Bruselas. El gran golpe lo ha dado el hundimiento de la economía alemana.
Alemania ha sido el segundo país de la zona euro que registra una mayor caída en el trimestre del PIB, solo por detrás de Portugal (-3,3%). Y supone prácticamente, triplicar la caída de toda la zona euro. El PIB del euro retrocedió un 0,6%, confirmando la temida doble recesión.
La sorpresa positiva ha sido Francia. La segunda economía de la zona euro ha sido de las pocas que se han mantenido en pie en el primer trimestre, junto a Bélgica y Finlandia. La explicación es que ha habido un repunte del gasto de los consumidores al coincidir con restricciones menos exigentes en el período, aunque ahora ha vuelto a retomar línea dura.
El retroceso del 0,5% se explica por el descenso del consumo y de la inversión como consecuencia de las restricciones de la tercera ola Share on X