La edad media en España ya supera los 44 años. Este hecho pone en evidencia el envejecimiento de la población, suponiendo un grave problema a medio plazo para la economía. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media de los españoles ha superado los 44 años por primera vez. Con una edad media en los 44,2 años, pone en evidencia el acelerado envejecimiento de la población.
«Es la mayor edad media desde que hay registros», explica Antonio Abellán, investigador del departamento de Población del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. «El INE recoge estas cifras desde 1998, pero si se estudia la edad media con datos de los censos, en 1910 era de 28,2 años. A principios del siglo XXI, de 40. Y ya hemos superado los 43 años. A mitad del siglo XXI llegaremos a los 50 años. La edad media se ha disparado«, añade. «En los últimos años ha ido en aumento por los grupos del baby boom, una generación muy numerosa, la que tiene ahora entre 42 y 61 años», señala Abellán.
Según los datos provisionales difundidos este jueves por el INE, la población española supera los 47 millones de habitantes, un número que no alcanzaba desde 2013. En 2018, los empadronados aumentaron en 284.387 personas (0,6%). Dicho incremento se debe también a los ciudadanos extranjeros: el país sumó el año pasado 290.573 altas de inmigrantes (la cifra supone un 6,1% más que en 2017, casi el doble que el año anterior, y el mayor aumento desde 2008), mientras que el número neto de españoles descendió en 6.186 personas (un 0,01% menos).
El envejecimiento: enemigo de la economía
La disminución de la población en edad laboral reducirá de manera significativa el crecimiento en los países de la OCDE entre 2015 y 2025. En promedio, se estima una reducción de la tasa de crecimiento potencial del 0,64%. Cabe destacar que el impacto no se produciría solo por el menor crecimiento de la fuerza laboral, sino también por la reducción de la productividad laboral asociada al envejecimiento.
La ONU admite que “en los próximos cuarenta años el 58% del crecimiento de la población mundial se corresponderá con el incremento del número de personas de más de 60 años, mientras que solo un 6% se corresponderá con personas de menos de 30 años”. Es, por lo tanto, una situación alarmante.
Tanto es así que Naciones Unidas prevé que, “para el 2035, la población de niños menores de 5 años, ya en declive en muchos de los países desarrollados, caerá también a nivel global”. “Esto significa que la cifra de población mundial podría estar descendiendo con el cambio de siglo, sobre todo si las tasas de fecundidad no rompen con la tendencia a la baja”, añade.
La demografía sigue unas dinámicas relativamente predeterminadas y que, según el grueso de numerosos estudios, continuarán pesando sobre los tipos de interés en las próximas décadas. De este modo, más allá de los incrementos y reducciones de tipos que realicen los bancos centrales por razones cíclicas, es probable que la política monetaria y el entorno financiero del futuro estén condicionados por un contexto de tipos de interés relativamente bajos.
El componente del ahorro también está siendo afectado por el envejecimiento de la población: por un lado la población más madura tiene menores tasas de ahorro ya que «desahorran» buena parte de lo acumulado durante su vida laboral («efecto flujo»), y, por el otro, posee un mayor volumen de ahorro acumulado a lo largo de la vida laboral («efecto estocaje»).