La decisión de prohibir X se produce tras meses de batalla legal entre el propietario de la red social, Elon Musk, y las autoridades brasileñas, en particular el juez supremo Alexandre de Moraes.
A partir del domingo 1 de septiembre, aproximadamente 24 millones de usuarios en Brasil han dejado de tener acceso a esta red social.
Personal amenazado
La medida fue tomada a raíz de una solicitud del juez de Moraes para que la Corte revisara su decisión inicial. Musk, en respuesta, calificó a de Moraes de «dictador». El motivo oficial detrás de esta medida es que la empresa no cumplió con el plazo establecido por el juez de Moraes para nombrar un nuevo representante legal en Brasil.
La semana pasada, Musk cerró las oficinas de X en Brasil después de que miembros de su personal fueran amenazados. Según se informa, la designación de un representante legal en el país podría haber expuesto a esa persona a un arresto casi seguro, en caso de cualquier infracción de las leyes locales.
Junto con la orden de suspensión completa de X, el juez de Moraes impuso una multa de 50 mil reales (aproximadamente 8 mil euros) a cualquier persona que utilice «subterfugios tecnológicos» como las VPN (redes privadas virtuales) para eludir el bloqueo.
¿Cómo surgió el conflicto?
El origen del conflicto se remonta a abril, cuando se ordenó a X prohibir más de 140 cuentas, incluidas las de algunos de los más prominentes comentaristas de derecha brasileños y miembros electos del Congreso pertenecientes a la oposición de centroderecha.
X se negó a cumplir, argumentando que tales órdenes eran ilegales e inconstitucionales.
En respuesta a la amenaza de suspensión, Musk declaró: «La libertad de expresión es la base de la democracia y un pseudo-juez no electo en Brasil la está destruyendo con fines políticos».
Mike Benz, de la organización Foundation for Freedom Online, señaló que la decisión de suspender X en Brasil no ha provocado ninguna protesta por parte de las autoridades estadounidenses, a pesar de que esta medida afecta directamente a sus intereses. Benz destacó: «El gobierno brasileño acaba de prohibir X, lo que significa que la cuenta de la embajada estadounidense en Brasil, @USAmbBR, ahora está prohibida en Brasil. Los brasileños ni siquiera pueden ver la cuenta de la embajada en X, y esta no ha emitido ninguna declaración de condena ni ha amenazado con sanciones.»
No se trata de un caso aislado
El caso de Brasil no es aislado. Otros países como China, Rusia, Irán, Myanmar, Corea del Norte, Turkmenistán y Uzbekistán también han bloqueado X (y anteriormente Twitter) dentro de sus fronteras. Sin embargo, Brasil se distingue por ser la única democracia en esta lista, lo que algunos analistas interpretan como una muestra de la creciente deriva autoritaria en el país bajo el liderazgo de Lula, el presidente del Partido de los Trabajadores.
La prohibición de X en Brasil y el reciente arresto del fundador de Telegram en Francia sugieren que la guerra global contra la libertad de expresión en línea está avanzando.
No hay mas que ver que leyes como la Ley de Seguridad en Línea del Reino Unido y la Ley de Servicios Digitales de la UE amenazan a las empresas tecnológicas con multas si no se someten a la censura gubernamental.
A la vista de estos antecedentes la prohibición de X en Brasil alerta de que podríamos comenzar a ver un enfoque aún más agresivo en hacia las plataformas disidentes.
