Tras la repetición de las Elecciones Generales de este domingo 10 de noviembre una pregunta sobrevuela los resultados: ¿fue una buena decisión de Pedro Sánchez la de repetir los comicios anteriores? La respuestas es no.
Los resultados de las Elecciones Generales dejan un PSOE ganador, pero con menos diputados, con la misma necesidad de llegar a pactos y acuerdos que en los resultados anteriores; deja una derecha más fuerte y radicalizada por la imparable ascensión de Vox , finalmente, deja un independentismo catalán más representado y consistente en Madrid.
La suma de los anteriores comicios entre ERC (15 diputados) y JxCat (7) llegaba a los 22 diputados, ahora con ERC (13), JxCat (8) y la irrupción de las CUP (2), suman 23 diputados. También el nacionalismo vasco pasa de tener 10 (6 de PNV y 4 de Bildu) a sumar 12 (7 de PNV y 5 de Bildu).
Unas Elecciones Generales negativas para el PSOE
Además, el PSOE ha bajado 3 escaños, y de sumar 123 diputados en abril, ahora tiene 120. La propia debilitación del socialismo expresa su error al querer repetir elecciones. Pero también el entorno al que se enfrenta es peor: el PP está más fuerte con 88 diputados (antes 66) y VOX irrumpe con fuerza y pasa de 24 diputados a 52.
Pero es que, además, la que era la tercera fuerza política, Ciudadanos, cae hasta la sexta posición al estrellarse con 10 diputados (tenía 57) y dejar que le pase por delante la fuerza independentista: ERC.
Además, los que podrían ser sus socios de gobierno naturales, Unidas Podemos, han reducido su número de diputados y pasan de 42 a 35, por lo que el PSOE deberá buscar otras posibilidades de alianza.
Pedro Sánchez ha visto que, en estas Elecciones Generales, no se ha presentado la “mayoría cautelosa” que los estrategas electorales de la Moncloa auguraron reunir en torno al presidente del gobierno en funciones en las elecciones de esta noche.
La Moncloa impuso su estrategia y aseguraba estar ganando terreno día a día, pero los líderes territoriales y federaciones del PSOE advertían que no remontaban el vuelo y ya parecían aspirar sólo a defender los resultados del 28 de abril.
Los 140 escaños socialistas que en la Moncloa habían pronosticado antes del verano, dejaron de ser una realidad tras el paréntesis estival. Es el problema de gobernar con la calculadora de lo propio y no con las medidas en beneficio del país.