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¿Podrán las próximas elecciones de Estados Unidos cambiar el rumbo económico?

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Las elecciones presidenciales de 2024 no solo decidirán al próximo presidente de Estados Unidos, sino también el rumbo económico y geopolítico. Estados Unidos se enfrenta a una serie de problemáticas que no pueden ser ignoradas, desde una deuda pública desbordada hasta una burbuja bursátil inminente, en un contexto de tensiones globales y alta volatilidad. La complejidad de estos problemas demanda un gobierno capaz de tomar decisiones firmes y rápidas.

La crisis de la deuda pública y el déficit fiscal

La situación de las finanzas públicas de Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes. El endeudamiento y el déficit fiscal han ido aumentando en las últimas décadas, y en 2025 la situación parece más crítica que nunca. La crisis financiera que se avecina es tan grave que incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha lanzado advertencias en su último informe, enfatizando que la deuda pública estadounidense no es sostenible a largo plazo.

En este contexto, quien gane las elecciones se deberá de enfrentar a la difícil tarea de implementar un ajuste fiscal significativo para frenar el endeudamiento y estabilizar la economía.

Este ajuste no será fácil. Las medidas necesarias podrían implicar recortes en áreas clave, como el gasto en infraestructura o programas sociales, que son cruciales para el crecimiento y la cohesión social. Por otro lado, sin un ajuste adecuado, el país corre el riesgo de enfrentarse a una crisis bursátil que podría tener efectos devastadores en el mercado global. Esta situación se agrava con los problemas financieros que también afectan a otras economías desarrolladas, como la Unión Europea y Japón, que enfrentan desafíos similares.

El papel del mercado bursátil: una burbuja a punto de estallar

En medio de esta incertidumbre, el mercado bursátil estadounidense ha seguido creciendo, impulsado principalmente por un reducido grupo de empresas tecnológicas como: Amazon, Apple, Microsoft, Meta…   Esto ha generado una dependencia alarmante de un pequeño grupo de empresas en el mercado bursátil.

A pesar de que los beneficios operativos de estas compañías han alcanzado niveles similares a los de 2018, el aumento desmesurado en sus valores ha elevado el índice bursátil en casi un 44% desde mediados de 2022, lo que algunos analistas consideran una clara señal de burbuja. Los precios de las acciones no están alineados con los beneficios que generan estas empresas, lo que sugiere que el mercado está sobrevalorado y es vulnerable a un ajuste drástico. Si el próximo gobierno no toma medidas adecuadas para gestionar la burbuja, el riesgo de una caída significativa del mercado en 2025 es alto.

Las tensiones geopolíticas: un contexto internacional incierto

Además de los problemas económicos, Estados Unidos se enfrenta a crecientes tensiones geopolíticas que añaden complejidad a la situación. Conflictos como el de Rusia en Ucrania, las ambiciones nucleares de Irán, y la competencia económica con China plantean riesgos que podrían tener un impacto directo en la estabilidad y la economía estadounidenses. La política exterior del próximo presidente será fundamental para mantener el equilibrio en estas relaciones internacionales, lo cual a su vez podría influir en el desempeño del mercado y en la confianza de los inversores.

Tradicionalmente, los años electorales en Estados Unidos son de alta volatilidad en el mercado. Los meses de septiembre y octubre suelen experimentar ligeras pérdidas, y si el presidente en funciones no se presenta a la reelección, estas pérdidas tienden a ser mayores. No obstante, una vez que se despejan las incertidumbres, es común que se produzca un repunte en noviembre. En esta ocasión, si Donald Trump es percibido como el favorito, el mercado podría anticiparse a sus políticas de liberación económica y ajuste fiscal.

De ganar Trump, se espera que su administración aplique políticas de recorte de gastos y promueva una gestión más eficiente de los recursos.

Su enfoque económico podría enfocarse en reducir el gasto público, aumentar la eficiencia gubernamental y seguir un plan similar al propuesto por Elon Musk, buscando un crecimiento sostenible. No obstante, si se falla en este ajuste, el país podría entrar en una recesión.

Estados Unidos se encuentra en una situación extremadamente complicada que requiere un liderazgo fuerte y una visión clara de futuro. El próximo presidente y Congreso deberán tomar decisiones que afectarán no solo a su país, sino al mundo entero. La combinación de una crisis de deuda, una burbuja bursátil y un contexto geopolítico inestable coloca a Estados Unidos en una encrucijada histórica. Las elecciones de 2024 serán un punto de inflexión para el país y tendrán un impacto profundo en la economía y en la estabilidad global de cara a 2025.

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