E-Cristians ha realizado una declaración en relación a las elecciones al Congreso y al Senado del próximo 10 de noviembre. La asociación ha hecho público este documento titulado «Una reflexión desde la perspectiva cristiana».
En ese sentido, el documento denuncia «Un grave déficit democrático» que «nos atañe a todos», ya que, según se pregunta la asociación, «¿Cuántas veces ha hablado usted con algún diputado de su circunscripción, en cuántas ocasiones ha acudido a él para protestar, pedir ayuda, proponer algo?». Sin este mecanismo activo, la democracia representativa «es una ficción, un contrato en blanco».
También se denuncia «el agravante de que los partidos han sido incapaces de ponerse de acuerdo a la hora de elegir presidente, poniendo por delante el cálculo electoral que las necesidades reales de los ciudadanos».
Por esta razón, e-Cristians pide: «una regeneración democrática que garantice que los ciudadanos puedan elegir al diputado de su circunscripción, sin merma de la proporcionalidad» y «una legislación general que garantice en mayor y mejor medida la democracia interna de los partidos, y los derechos de sus afiliados por instancias externas a estos».
«Nuestra democracia está dañada -prosigue- y la principal responsabilidad es de los partidos. Los cristianos, especialmente maltratados en nuestra representación y en la legislación, debemos promover decididamente esta renovación, la importancia de la que va mucho más allá de las presentes elecciones».
Por eso, la reflexión cristiana propuesta pide evitar favorecer a «aquellos partidos que con su práctica política han demostrado sobradamente que no persiguen el bien común, sino el poder por interés partidista y personal» y «aquellos que no sólo no asumen postulados cristianos básicos, sino que promueven proyectos que son objetivamente contrarios a la concepción cristiana, que tiene su núcleo central en el Sermón de la Montaña (Mateo 5,1; 7,28) del que forman parte destacada las Bienaventuranzas».
Considerar «nuevos proyectos» en las elecciones
E-Cristians pide considerar «proyectos nuevos o poco conocidos, o de carácter territorial que no presenten aquellas condiciones adversas», ya que «es una obligación moral informar activamente y conocer bien las ideologías y programas, así como la credibilidad demostrada en cumplir lo que escriben» y recuerda que «no hay que dejarse llevar por el mal menor sino por el bien más grande posible».
Además, el documento ofrece una guía de los aspectos a considerar desde una perspectiva cristiana, como son: la dignidad de la vida humana, la mejor protección del matrimonio, la familia, la natalidad, y la maternidad, la necesidad de una economía reformada basada en el bien común, la afirmación de una antropología humanista, la afirmación de la cultura cristiana, y el principio de subsidiariedad es fundamento de toda concepción cristiana.
Finalmente, el documento concluye con un llamamiento a los partidos políticos, para que atiendan «las legítimas aspiraciones de mejora del autogobierno y no usar la situación de Cataluña como arma arrojadiza entre ellos». «Llamamos también a los cristianos y sus asociaciones porque dialogamos sobre la necesidad de construir un sujeto colectivo, grande, benéfico, fructífero, capaz de dinamizar políticamente la regeneración democrática, la construcción del bien común que todos, no sólo los cristianos, necesitamos. Afirmamos que la Iglesia es el espacio privilegiado en el que ejercer el diálogo constructor de la paz, y que la oración, los sacramentos y la liturgia son medios poderosos para transformar nuestra realidad, también la política», concluye.
