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El Velo de la Verónica expuesto en la Basílica de San Pedro

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Cada año, durante el tiempo de Cuaresma, Roma se convierte en un epicentro de fe y devoción, donde los peregrinos de todo el mundo acuden a venerar las reliquias sagradas que custodia la ciudad eterna. Entre ellas, una de las más veneradas es el Velo de la Verónica, expuesto en la majestuosa Basílica de San Pedro.

Este 6 de abril, fieles y devotos se congregaron para contemplar el Santo Rostro de Jesucristo, impreso milagrosamente en este lienzo sagrado.

El Velo de la Verónica

No es una reliquia cualquiera. Según la tradición cristiana, este sudario fue el que utilizó Santa Verónica para enjugar el rostro de Jesús camino al Calvario.

El acto de compasión de Verónica dejó impresa en el paño la imagen del Santo Rostro, convirtiéndose en uno de los iconos más significativos del cristianismo. No en vano, su nombre proviene del latín vera icona, que significa «verdadera imagen».

La veneración del velo forma parte de una tradición ancestral que se celebra durante la Cuaresma, donde cada día una iglesia diferente de Roma expone sus reliquias más preciadas. Sin embargo, la presentación del Velo de la Verónica en la Basílica de San Pedro destaca especialmenrelqite. El Vaticano, en su comunicado oficial del 3 de abril, recordó la importancia de este evento dentro de las celebraciones cuaresmales.

Reliquias más importantes

La Basílica de San Pedro, joya arquitectónica y espiritual del Vaticano, custodia el velo desde el año 1297, cuando el Papa Bonifacio VIII ordenó su traslado al templo. Actualmente, el sitio web oficial de la Basílica lo reconoce como una de sus tres reliquias más importantes, junto con un fragmento de la Cruz de Cristo y la lanza que atravesó su costado.

Además de su profundo valor espiritual, el Velo de la Verónica ha sido objeto de veneración durante cada Jubileo desde el año 1300.

La imagen impresa en el velo es considerada como una manifestación tangible del amor y el sacrificio de Cristo por la humanidad. Este año, la ceremonia fue presidida por el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica Papal de San Pedro, quien ofició la misa tras la veneración.

Santa Verónica, patrona de los fotógrafos, es recordada no solo por este gesto de compasión hacia Cristo, sino también como un símbolo de caridad hacia los que sufren. Su festividad se celebra cada 12 de julio.

Para los peregrinos y fieles que buscan una experiencia espiritual profunda, la veneración del Velo de la Verónica en la Basílica de San Pedro es una cita ineludible. Este sagrado encuentro ofrece un momento de reflexión y renovación de la fe, conectando el pasado con el presente a través de una de las reliquias más conmovedoras del cristianismo.

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