El Vaticano ha reconocido con el prestigioso premio Guardian of Life 2025 a la hermana Giustina Olha Holubets, por su incansable labor en la defensa de la vida.
Como líder del hospicio perinatal Imprint of Life en Lyiv, Ucrania, su trabajo brinda apoyo a familias que enfrentan diagnósticos prenatales complejos, promoviendo la dignidad y el valor de cada vida.
Un premio que destaca la importancia de la vida
El premio fue entregado el 3 de marzo de 2025 por el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, durante una conferencia de prensa en la Santa Sede.
La hermana Holubets, bioeticista, bióloga y psicóloga, expresó su gratitud por el reconocimiento, dedicándolo a los «niños y padres» que han confiado en su organización.
La vida siempre es preciosa, incluso cuando es muy pequeña y corta”, afirmó la religiosa.
Fundado en 2017, Imprint of Life es el primer hospicio perinatal en Ucrania, y ha acompañado a numerosas familias en momentos difíciles. Su misión es brindar apoyo psicológico y emocional a los padres que enfrentan diagnósticos prenatales de enfermedades graves, ayudándolos a valorar cada momento con sus hijos, independientemente de su duración.
El avance de la medicina y la tecnología ha facilitado la detección temprana de enfermedades hereditarias, lo que en muchas ocasiones lleva a la interrupción del embarazo. Sin embargo, la hermana Holubets y su equipo defienden un enfoque basado en el respeto a la vida, promoviendo el acompañamiento y la dignidad de cada ser humano.
Acompañamiento y cuidado en cada etapa de la vida
«En estas situaciones, enfatizamos el reconocimiento de la vida, su cuidado y, al mismo tiempo, consideramos la muerte como una parte intrínseca de la existencia humana», explicó la hermana Giustina Olha Holubets. «Este apoyo fortalece a los padres para continuar con el embarazo y apreciar cada momento junto a su hijo.»
El lema de la organización, No puedo dar días a tu vida, pero sí puedo dar vida a tus días, resume su propósito de transformar el dolor en amor y convertir la pérdida en un testimonio de esperanza.
El premio Guardian of Life, otorgado por la Pontificia Academia para la Vida, destaca a personas que han realizado contribuciones significativas en la promoción y protección de la vida humana.
La hermana enfatizó que cualquier amenaza contra la vida y la dignidad humana «hiere profundamente el corazón de la Iglesia» y reafirmó su creencia de que «no hay pie demasiado pequeño como para no dejar una huella en este mundo».