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El Presidente de la Generalitat y el humanismo cristiano

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El nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha utilizado en al menos dos ocasiones destacadas el concepto de humanismo cristiano. Lo mencionó durante el debate de investidura y en su intervención posterior al asumir el cargo de presidente. Este hecho es inusual en nuestra vida política, ya que, a diferencia de la mayoría de los países de Europa, nuestros políticos, incluidos los del Partido Popular (que, si no recuerdo mal, hace referencia a este concepto en sus estatutos), rara vez aluden a la condición cristiana.

Es importante destacar que, para aquellos con inclinaciones cosmopolitas, este proceder no es normal. Incluso en la Francia laica y republicana, el uso de referencias al cristianismo es habitual en el discurso político. Por ello, la normalización de este término en Cataluña es un hecho que merece ser celebrado. Debemos asumirlo como un avance positivo, sin matices, y, a partir de ahí, pedir y esperar que el comportamiento del presidente esté a la altura de esta importante afirmación. Esto es exigible en todos sus grandes compromisos.

El compromiso de Illa y su coherencia política

A pesar de celebrar esta definición y compromiso, sería ingenuo no cuestionar la trayectoria política de Salvador Illa. Su historial no lo avala en este sentido. Ha sido un miembro fiel del aparato socialista, colaborador firme y acrítico de Pedro Sánchez, y muchas de las políticas que ha apoyado están en claro conflicto con una concepción cristiana del humanismo. Sin el adjetivo «cristiano», no hay humanismo de este signo.

Durante su mandato en el Ministerio de Sanidad, en uno de los períodos más difíciles debido a la pandemia, su gestión no reflejó esta condición. De hecho, bajo su responsabilidad, se aprobó la ley de eutanasia y suicidio asistido, que está en las antípodas del humanismo cristiano. Especialmente preocupante es su falta de acción ante la insuficiencia de cuidados paliativos y la negativa a destinar recursos en los Presupuestos del Estado para garantizar el acceso universal a estos cuidados.

Incoherencias con el humanismo cristiano

Salvador Illa tampoco ha tomado ninguna iniciativa respecto a la práctica del aborto masivo y eugenésico en España, que se regula mediante leyes cada vez más permisivas. Igualmente, la legislación sobre personas trans que impera en el país no se alinea con los valores del humanismo cristiano.

Otro acto de discriminación, en el que Illa permaneció en silencio, fue la proposición de ley impulsada por el Partido Nacionalista Vasco, con el apoyo del PSOE, para que el Defensor del Pueblo investigara los abusos a menores, pero exclusivamente en instituciones vinculadas a la Iglesia Católica. Este hecho anticonstitucional de discriminación y arbitrariedad fue aún más escandaloso cuando, un año antes, los mismos partidos rechazaron una proposición de Esquerra Republicana que pedía investigar el conjunto del sistema escolar, lo que habría incluido a las escuelas católicas, pero no exclusivamente a ellas. Los datos indican que los casos de abusos en dichas instituciones son una ínfima minoría en comparación con el conjunto de abusos y violencia sexual contra menores en otros ámbitos.

El papel de Illa y el PSC

Es evidente que Illa y el PSC son el baluarte más sólido del sanchismo, lo que, en muchos aspectos, se aleja de los valores del humanismo cristiano. No hemos visto, por ejemplo, un especial interés por su parte en apoyar iniciativas legislativas que promuevan la ayuda a enfermos de ELA en el Congreso. Tampoco ha mostrado preocupación por una iniciativa que sigue pendiente en el Parlamento catalán, destinada a abordar la problemática de las personas sin hogar, un tema crucial para cualquier política inspirada en el humanismo cristiano.

Reflexión sobre el humanismo cristiano

En este punto, es importante recordar que el concepto de humanismo cristiano no es unívoco, lo que resulta atractivo para los políticos, que prefieren evitar definiciones precisas y comprometedoras. Sin embargo, este término no debe ser manipulado a conveniencia. Vale la pena revisar, aunque sea brevemente, los principales significados de este concepto.

El término «humanismo cristiano» no se empleaba en tiempos de Santo Tomás de Aquino, pero su aportación está en la base del concepto. Según su teología, la gracia divina perfecciona la naturaleza humana, y la razón y la fe son complementarias. Esta visión sitúa al ser humano como el centro de la creación, subordinado a la voluntad divina. Para Jacques Maritain, el humanismo cristiano es una «humanidad iluminada por la fe», en la que la dignidad del ser humano radica en su creación a imagen de Dios y su capacidad de participar en la vida divina.

El Concilio Vaticano II concibe este humanismo como basado en la dignidad de la persona humana, la justicia social y la paz, con un énfasis en la corresponsabilidad y la solidaridad. Este humanismo busca integrar los valores del Evangelio en la vida pública y privada, reconociendo la libertad y la responsabilidad humana como dones de Dios.

San Juan Pablo II lo definió como una visión de la vida que sitúa al ser humano en el centro del plan divino, respetando su dignidad inalienable y promoviendo una cultura de la vida y una civilización del amor.

Conclusión

Bajo este marco de referencia, es dentro del cual debemos emitir juicio sobre las actuaciones del Presidente de la Generalitat y su fiabilidad en relación con el humanismo cristiano. Será conveniente que las organizaciones cristianas ofrezcan sus puntos de vista sobre la acción de gobierno inspirada en este concepto.

Desde la Corriente Social Cristiana, nos comprometemos a presentar un diagnóstico y unos puntos clave al presidente Illa en un futuro próximo. De su recepción y cumplimiento, podremos extraer conclusiones sobre su verdadero compromiso con el humanismo cristiano. Por ahora, solo podemos recibir esta declaración con satisfacción y esperanza.

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Está claro que el socialista Salvador Illa no adopta el humanismo cristiano, sino todo lo contrario, pretende que el humanismo cristiano se adapte al humanismo socialista.
    No hay que dejarse engañar. Este artículo es muy clarificador al respecto.
    Comparado con el humanismo cristiano, el humanismo socialista es pura barbarie.

    Responder
  • Además de las incoherencias perfectamente expuestas, el «humanismo cristiano» del presidente Salvador Illa no se sostiene por ser un valedor de Pedro Sánchez y este un valedor de José Luis Rodríguez Zapatero; y este es, en palabras recientes demoledoras de Iñaki Anasagasti, «un cáncer para España, un cáncer para Venezuela» (Trece TV). La «humanidad» invocada por el gobierno para con los inmigrantes que no cesan de llegar a las costas españolas no existe para los más de ocho millones de venezolanos que han tenido que marcharse de su país, para los 25 muertos tras el fraude electoral del pasado 28 de julio, los casi 1.800 presos políticos, los menores de edad secuestrados, etc. Ni el PSC, en que milita Salvador Illa, ni ningún partido político catalán nacionalista ni separatista ha manifestado reconocer a Edmundo González y, consecuentemente, el parlamento catalán, tampoco. Las generaciones futuras estudiarán esta omisión -vergüenza anticristiana- en los libros de texto si es que no se eternizan en el poder los mismos de siempre para controlar el relato de la historia.

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