Vientres de alquiler, transexuales ganando competiciones deportivas para mujeres,… cada vez son más los puntos en los que las feministas y el lobby LGTBI están enfrentados.
El conflicto es tan notorio que incluso El País le acaba de dedicar un artículo titulado «La cuarta ola del feminismo y el mundo gay se miran de reojo. La pelea por los vientres de alquiler ha aflorado antiguas y nuevas fricciones entre el colectivo homosexual y el movimiento de la mujer«.
Allí podemos leer lo siguiente:
Vientres de alquiler
«El feminismo y el mundo gay, antaño compañeros de viaje, se miran hoy de reojo. Muchos lo saben, pero no todos lo quieren reconocer públicamente. No se trata solo de los vientres de alquiler, aunque este asunto ha abierto una grieta que no se cierra, si acaso se agranda.»
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En los últimos años, algunas feministas volvían la cara ante la ostentación de la caravana que reivindicaba los vientres del alquiler en el Orgullo Gay. Una práctica, la mercantilización del cuerpo de la mujer, que al feminismo en buena medida le espanta. “¿Qué podemos hacer las feministas con ese orgullo de mercado? La cuarta ola del feminismo es marcadamente anticapitalista, muy crítica con el neoliberalismo como fuente de desigualdad inagotable y de explotación. Pero no solo son los vientres de alquiler. El mercado tiene una capacidad infinita para articular las demandas patriarcales: vientres, prostitución, pornografía, la industria del sexo en general. Y ha tenido la misma capacidad y rapidez para satisfacer las disidencias sexuales”, dice la feminista Rosa Cobo Bedia, profesora de Sociología del Género en la Universidad de A Coruña.»
División entre mujeres y transexuales
«Sangil, presidenta de FELGTB, la federación nacional, reconoce que malestar hay, aunque no diría brecha, entre el movimiento feminista y el colectivo LGTBI, si acaso un “movimiento sísmico”. Y ella sitúa el epicentro en otro asunto: el sujeto político del feminismo, cuestionado también ahora. Se refiere a la división entre algunas feministas y las mujeres transexuales, de donde afloran extrañas palabras que ayer no existían: cismujer, bifobias, transgénero, terf.»
Feministas TERF que no aceptan a «mujeres con genitales masculinos»
«Cismujer (o cishombre) es un término que quiere distinguir a las mujeres de las transexuales, por simplificar. Es decir, a quienes han nacido mujeres y están conformes con ello de aquellas que nacieron con genitales masculinos pero se saben mujeres. Y de esta diferencia nacen las siglas terf (trans-exclusionary radical feminist), con las que se señala a las que discriminan a las segundas o no quieren que formen parte del mismo club. Algunas feministas entienden que desplazar a la mujer como objeto del feminismo hará daño a la causa.»