Chesterton, que de fantasía sabía mucho, escribió: «los cuentos de hadas no dicen a los niños que existen los dragones. Eso los niños ya lo saben. Les dicen que a los dragones se les puede matar«.
Esa es la moraleja principal de «El origen de los guardianes«, la enseñanza que da sobre el mal. Cuando al final el malvado Sombra parece haberse apoderado de todo, el último niño con fe le dice: «Ya sé que existes, pero no te tengo miedo«. Es la doctrina más sana sobre el Mal o el Demonio: sí, existe; sí, es duro y hay que combatirlo; pero no hay que temerle. El miedo y la desesperación son fuerzas terribles, pero es posible derrotarlas.
Solo por este realismo, que no niega el mal ni su poder pero sí le niega la victoria y señorío, ya vale la pena ir con los niños a ver «El origen de los guardianes».
Además, la película tiene una imaginería hermosa y dinámica. Los Guardianes son figuras robustas, enérgicas, no son ñoñas ni azucaradas. Tienen capacidades de combate, de gestión, creatividad y personalidad.
El Señor del Sueño («Sandman», en inglés) es quizá el más poderoso: él genera sueños hermosos en los niños que duermen.
«Norte» representa a Papa Noel, Santa Claus, al Died Maroz ruso (a sus renos les llama «maí diéti», mis niños, en ruso)… Tiene un castillo en el Polo que es también fábrica de juguetes gestionada por unos yetis muy logrados, y dos espadas, chaqueta de cosaco, y un trineo volador que es mitad barco-pirata. Con él viven unos duendes divertidos y distintos a los que estamos acostumbrados.
El hada de los dientes gestiona recuerdos desde su castillo-librería-aeropuerto magnífico. Incluso hay una breve aparición de un ratón que es «Pérez, de nuestra división europea» (aunque no se entiende que si él no ha sido secuestrado, los niños españoles también pierdan su fe en los guardianes).
El último guardián es el Conejo de Pascua, cuyo trabajo es esconder miles de huevos pintados en el día de Pascua. Su guarida es evocadora y mágica, muy especial.
El protagonista, sin embargo, es Jack Escarcha: antaño fue un niño mortal que murió, y desde hace unos siglos genera escarcha sin que los mortales le vean. Pero no sabe cuál es su vocación, su llamado, hasta que llega la crisis con el malvado Sombra. Y es que detrás de los guardianes está «The Man in the Moon» (el Hombre de la Luna, en inglés; en español simplemente hablan de «La Luna»). Es el poder superior que convoca, ordena e inspira a los guardianes, sin palabras. Es quien ha seleccionado a Jack para ser uno de ellos.
Con todo, al final quien vence a Sombra, que pervierte los sueños y los convierte en pesadillas, que roba sueños y esperanzas, serán los propios niños. Es decir, cada uno de nosotros.
Se podría criticar que se habla de una Pascua y una Navidad sin hablar deCristo. «La Pascua es el aviso de primavera, una nueva vida, un nuevo comienzo, es más importante que la Navidad«, intenta explicar el Conejo a todos. Y hasta Norte ha de admitirlo, porque la crisis empieza en el Triduo pascual, los 3 días antes de Pascua.
En Pascua, cuando todo parecía perdido, un hijo de hombre vencerá al Mal. La estructura es cristocéntrica, litúrgica.
No tiene sentido en este contexto de cuentomencionar específicamente a Cristo ni introducir una figura similar a Aslan en Narnia. En inglés, cuando se piden instrucciones al «Hombre de la Luna», queda claro que un poder superior vela y llama y provee.
Es curioso que coincida esta película con «La vida de Pi» en estas Navidades. Aquí se apuesta por el cuento de hadas, que enseña verdades eternas. En «La vida de Pi» parecen vender un cuento de hadas, pero al final se apuesta por el auto-engaño y el escapismo, no la escapada del prisionero, parece, sino la deserción del cansado. «El origen de los guardianes» es mejor fantasía.
1 Comentario. Dejar nuevo
Quiero ver la peli