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El obispado de Málaga veta un concierto benéfico masónico

Iglesia

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El obispado de Málaga ha negado el uso de sus templos para la celebración del concierto benéfico El Mesías de Haendel, organizado por la Logia Masónica Lux Malacitana.

El evento, tenía como finalidad principal recaudar fondos para los afectados por la DANA de Valencia. Sin embargo, la decisión del obispado refleja un acto de coherencia doctrinal y de fidelidad a los principios que rigen la misión de la Iglesia. El fin no justifica los medios.

La Iglesia, un espacio sagrado para el culto

Las iglesias y catedrales son mucho más que edificios; son lugares consagrados al culto y la oración, donde la presencia de Dios se manifiesta de manera especial.

Su utilización debe ser coherente como espacios de comunión en torno a Cristo. Aunque El Mesías de Haendel es una obra maestra del repertorio sacro, su interpretación en este caso está promovida por una organización cuyos principios están alejados de la doctrina católica.

La masonería ha mantenido históricamente posturas que son incompatibles con los fundamentos de la fe cristiana.

En su encíclica Humanum Genus (1884), el Papa León XIII advertía sobre las implicaciones filosóficas y éticas de esta corriente, señalando que sus enseñanzas pueden estar en desacuerdo con la verdad revelada por Cristo.

Por ello, permitir que una logia masónica organice un evento en un lugar de culto cristiano sería una falta de fidelidad a la Iglesia, un acto que causaría desconcierto entre los fieles.

La importancia de la claridad pastoral

La Iglesia tiene la responsabilidad de velar por la claridad y la coherencia de su testimonio en el mundo. Aunque el concierto tenía un fin benéfico, no se puede ignorar que la organización detrás del evento, la Logia Lux Malacitana, sostiene principios que difieren de los valores cristianos en cuestiones esenciales.

Ceder un espacio consagrado a dicha entidad sería como una validación implícita de sus posturas.

La decisión del obispado no debe interpretarse como un acto de exclusión o rechazo a la música, la cultura o incluso a la solidaridad, sino como un gesto necesario para proteger la naturaleza sagrada de los espacios litúrgicos y su coherencia doctrinal.

Es posible promover la caridad y la ayuda a los necesitados sin comprometer los principios fundamentales de la fe.

La caridad no excluye la verdad

El cristianismo siempre ha promovido la solidaridad y el servicio al prójimo como pilares fundamentales de su misión. Sin embargo, esta caridad debe ir acompañada de la verdad, pues ambas son inseparables en el mensaje de Cristo.

El Papa Benedicto XVI, en su encíclica Caritas in Veritate, subrayó que «la caridad necesita la verdad; la verdad es luz que da sentido y valor a la caridad».

Actuar con caridad no implica renunciar a la coherencia con la fe, sino actuar desde ella.

Por tanto, aunque el concierto tuviera un propósito altruista, permitir su realización en un lugar sagrado bajo la organización de una entidad masónica habría creado una confusión doctrinal innecesaria. La Iglesia debe mantener su testimonio de fe intacto, incluso cuando ello implique tomar decisiones difíciles que no siempre son populares o bien comprendidas por la opinión pública.

Aunque el concierto se celebrará finalmente en otro espacio, la medida del obispado subraya la necesidad de preservar la coherencia doctrinal en tiempos de confusión.

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