La figura del cardenal Robert Sarah no hace más que crecer, convirtiéndose en uno de los faros que guían a tantos cristianos en estos nuestros complejos tiempos. Su profundidad, su valentía y ese modo de hablar sosegado pero no por ello menos cargado de autoridad, lo hacen especialmente atractivo.
Primero sorprendió al mundo con aquel Dios o nada, que ya desde su mismo título es una osada proclama. Luego sorprendió aún más con su redescubrimiento de La fuerza del silencio, poniendo el dedo en la llaga sobre lo que necesita imperiosamente un mundo ahogado por el ruido.
Ahora concluye esta monumental trilogía con el imprescindible Se hace tarde y anochece, un nuevo libro entrevista con Nicolás Diat, como los dos anteriores, en el que Sarah aborda la crisis en la que estamos sumidos y que va mucho más allá de determinados aspectos particulares. En palabras del propio cardenal Sarah “En la raíz de la quiebra de Occidente hay una crisis cultural e identitaria. Occidente ya no sabe quién es, porque ya no sabe ni quiere saber qué lo ha configurado, qué lo ha constituido tal y como ha sido y tal y como es. Hoy muchos países ignoran su historia. Esta autoasfixia conduce de forma natural a una decadencia que abre el camino a nuevas civilizaciones bárbaras“.
El diagnóstico es tremendo y clarividente a la vez. Vivimos en una profunda crisis espiritual, moral y política: crisis de la fe y de la Iglesia, declive de Occidente, traición de sus élites, relativismo moral, globalización sin límites, capitalismo desenfrenado, nuevas ideologías, agotamiento político,… Sarah no se calla nada y va analizando todos estos aspectos con precisión.
Pero no se queda ahí. No puede quedarse ahí un hombre que conoce a Dios, que confía absolutamente en El y que, en consecuencia, nutre una esperanza indestructible. La situación es grave, ciertamente, pero nada hay imposible para Dios y sólo con Él podemos aspirar a edificar un mundo digno del hombre. Basta descubrir a Dios, amarlo y estar dispuesto a ser instrumentos suyos, trabajar por su Reino, y ninguna potencia terrena podrá desbaratar sus planes.
En Se hace tarde y anochece el cardenal Sarah nos ofrece un certero recorrido por la crisis espiritual que asola Occidente, señalando además el papel de la acedia en la misma, y cómo de ella se deriva un trágico rebajamiento del hombre y un desprecio generalizado de la vida. No evita temas espinosos: desde los ataques a la libertad religiosa hasta la cuestión migratoria, desde los peligrosos mesianismos seculares hasta la amenaza islamista. Pro, lo decíamos antes, no se deja vencer por este panorama, que sería de locos ignorar o minimizar, y propone revitalizar nuestra esperanza, sabedores de que Dios no nos abandona nunca. Y no se queda en divagaciones, sino que desciende incluso a recetas muy prácticas, como cuando escribe que “una parroquia en la que no hay adoración al Santísimo Sacramento es una parroquia muerta o enferma”.
Estamos pues ante un libro importante, que todo cristiano que desee formar su juicio y alimentar su esperanza debería leer. Les aseguramos que si abre la primera página, lo hará con avidez y fruto espiritual