El muro que está levantando la Administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para separar el país norteamericano de su vecino, México, está generando no sólo un rechazo internacional generalizado, sino también problemas y conflictos con los propietarios de los terrenos por los que debería pasar ese muro.
Uno de los propietarios es la Diócesis tejana de Brownsville, que ha sido tajante en su posicionamiento contrario al levantamiento de ese muro y a su paso por los terrenos de su propiedad. La Diócesis ha hecho público un comunicado en el que su obispo, monseñor Daniel E. Flores, explica que él mismo ha participado en “conversaciones cordiales con los funcionarios federales en referencia a las solicitudes de derecho de entrada e inspección de dos propiedades de la diócesis, en el condado de Hidalgo” para definir “las inspecciones iniciales para la eventual construcción de un muro en estas propiedades.
Monseñor Flores afirma que, aunque “el mayor respeto por las responsabilidades de los hombres y mujeres involucrados en seguridad fronteriza”, según él “la propiedad de la iglesia no debe ser utilizadas con los fines de construir un muro fronterizo” debido a que “tal estructura limitaría la libertad de la Iglesia para ejercer su misión en el Valle del Río Grande”, lo que sería de hecho “una señal contraria a la misión de la Iglesia”.
El obispo, en una entrevista otorgada al portal de noticias católico Vatican News, afirmó al respecto: «Hace varios meses que nos contactaron los oficiales del gobierno federal y nos informaron que nosotros, como varios otros dueños de terrenos cerca de Río Bravo, íbamos a recibir cartas indicando el deseo del gobierno de tomar posesión o hacer estudios de los terrenos para la construcción del muro. Recibimos esas cartas, y también oficiales vinieron a hablar conmigo porque yo tenía varias preguntas sobre el proceso. Muy cordialmente me explicaron que iban a estudiar el terreno para ver si era adecuado para la construcción del muro, lo que es el primer paso en el proceso. Tras el estudio indicarían el plan para construir en esa zona”.
Dos terrenos que necesita el muro de Trump
Otra de las razones que argulle el obispo es que en esos terrenos hay una capilla histórica por haber sido de las primeras construidas en la zona por los misioneros: “Si el plan procede como han indicado, la capilla quedará del otro lado del muro”, afirma. Sobre el otro terreno, el prelado explica que se encuentra detrás de una escuela católica de la diócesis, por lo que “es parte de la libertad de la iglesia decidir en cierto punto cómo utilizar el terreno que queda detrás de una escuela católica”.
“No es que la Iglesia entra en esto con rencor –explica- , al contrario, solo queremos defender el derecho de la Iglesia de no ofrecer un terreno para poner un muro que según el pensamiento de la Iglesia en un signo que va en contra de la misión y de la identidad misma de la Iglesia”.
Sobre el proceso de reunificación de familias migrantes separadas, un proceso duramente criticado a la Administración Trump, monseñor Flores ha explicado que el proceso está muy avanzado, pero que “aún quedan algunas familias separadas por casos particulares”.
“Siguen llegando familias centroamericanas, y nosotros como Iglesia en colaboración con los oficiales tratamos de dar un poquito de respiro y ayuda a las familias después del proceso, porque el gobierno los registra, y si tienen suficiente información los pasan, para que puedan esperar su fecha en la corte para que esta pueda escuchar la petición de asilo”.