Empiezo a redactar el día 12 febrero de 2022. Aunque es la festividad de la mártir de Barcinona (Barcelona) Santa Eulalia y patrona de la ciudad, enterrada y venerada en capilla específica debajo del altar mayor de la SI Catedral, en liturgia 2022 es sábado y día de Nuestra Señora la Virgen María. El año próximo 2023 caerá en domingo. Será el día del Señor por antonomasia y, por tanto, al igual que este año 2022 en las sabatinas, ni siquiera se la mencionará en las misas dominicales. ¡Salvo en la ciudad de Barcelona por ser patrona local! Habrá que esperar al año 2024. Este es el criterio de celebración litúrgica con todos los santos y santas habidos y por haber.
Aunque a efectos internos celebramos las onomásticas propias, familiares y amistades el día que toca según guarismos de calendario, en estricta liturgia el Domingo es el día del Señor y de nadie más y el sábado es el día de Nuestra Señora la Virgen María. El corrimiento, o salto de día de la semana cada cuatro años por año bisiesto, en este caso de Santa Eulalia no afecta pues es día anterior al 29 de febrero de cada cuatro años.
Trataré de redactar, por entregas, del mejor modo que sepa acerca del modo litúrgico de asistencia a misa. ¿Es un modo único para todos los fieles? ¿Hay varios modos? ¿En todas partes del mundo igual? ¿Quién decide el modo o los modos? ¿Existe algún sacerdote que marque en la actualidad, desde su micro a los fieles, el modo concreto si es que existe un modo establecido? Podría ir fraseando con interrogantes. Mejor que me aplique a referir lo que yo sé. A lo que aprendí en mi adolescencia, profundicé en mi juventud y maduré en mi edad adulta.
Para empezar unas negritas en cursiva. En Sagrada Liturgia hay un único modo dentro del templo de asistencia al Santo Sacrificio de la Misa de Nuestro Señor Jesucristo. Es un modo reglamentado. Es una única compostura. En general se omite enseñarlo siempre y recordarlo a diario. Antiguamente, en vivencias mías de cuando era niño, existía un libro pequeño para los fieles denominado misal. Recuerdo acudir con él a misa con mis padres. Recuerdo incluso misas concelebradas. Frente al altar mayor de mi parroquia- desde hace un tiempo basílica diocesana- de la Inmaculada Concepción de Barcelona (calle Aragón chaflán con calle Roger de Llúria).
Aquello tan repetido de que “la intención ya vale” en Sagrada Liturgia no es de recibo. Lo que sí lo es y en general no se hace es educar públicamente la intención. ¡Sin señalar a nadie por omisión, pero marcando el estilo reglamentado! Pues de lo contrario todos los estilos valen. En la práctica los distintos estilos se entremezclan. ¿Hay estilos que aportan? Por ejemplo, ¿abrir las manos al igual que el sacerdote en el rezo litúrgico del Padre Nuestro? Es el estilo mimético de copiar lo que uno ve. Le corresponde únicamente al ministro celebrante extender los dos brazos en el momento litúrgico del Padre Nuestro. ¡A nadie más! Le corresponde al pueblo congregado rezar el Padre Nuestro en voz alta al igual y al mismo ritmo que el sacerdote celebrante. Le corresponde al ministro celebrante extender sus brazos durante todo el canon eucarístico.
Ilustro con la portada del Catecismo de la Doctrina Cristiana de Segundo Grado de una de mis hijas. Se trata de la 14ª edición de 1980. Yo me preparé para la primera comunión en mi cole con una edición anterior de este mismo Catecismo. Es el texto nacional promulgado por la comisión episcopal de enseñanza de la Conferencia Episcopal Española.