El presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el Cardenal Kurt Koch, ha querido recordar, en la celebración ecuménica para conmemorar el 106 aniversario del genocidio armenio, que existe un verdadero ecumenismo de los mártires y que, hoy en día, el 80% de las personas perseguidas por su fe en el mundo son cristianas.
El signo distintivo del martirio cristiano es el amor.
El martirio no es buscado en sí mismo, sino que es asumido como consecuencia de la fidelidad a la fe, y, en este sentido, los mártires armenios nos abrieron los ojos a esta profunda visión en el comienzo de un sangriento siglo XX, marcado por las dos terribles guerras mundiales.
Ellos dieron testimonio elocuente con la entrega de sus vidas, de que el martirio no es un fenómeno marginal en el cristianismo, sino que es el núcleo mismo de la Iglesia, pues el mártir muere por amor, no por una idea, sino con Cristo que ya ha muerto por él.
El martirio no es buscado en sí mismo, sino que es asumido como consecuencia de la fidelidad a la fe Share on X