Los Evangelios han sido escritos en la Iglesia y han de ser leídos en ella. Nos equivocaríamos si los tomáramos como meros textos del pasado cuyo conocimiento se podría agotar con el estudio filológico o literario.
La Iglesia, que los custodia e interpreta siempre ha recomendado el recurso a los Padres de la Iglesia para poder comprender, en su auténtico sentido, el mensaje del Evangelio.
La exégesis moderna es excesivamente científica y centrada en los aspectos históricos y críticos. Por el contrario, en la época patrística, los comentarios nacían de la predicación. Esta podía darse en la catequesis o, fundamentalmente, en la liturgia. Por ello son mucho más pastorales que los que se escriben actualmente.
Ese mismo hecho hace que existan pocos comentarios completos de los padres a los evangelios. Los que tenemos son recopilaciones de homilías, que primero son predicadas y después elaboradas a partir de las notas de los amanuenses.
Respecto al Evangelio de Lucas encontramos las de Orígenes y las de Cirilo de Alejandría, aunque también existen muchas referencias, aunque menos sistemáticas, en otros autores.
El presente volumen es uno más de la excelente colección La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia, que viene editando Ciudad Nueva con gran oportunidad y pulcritud en la presentación. Como los ya aparecidos va tomando los distintos textos del Evangelio y señalando las principales reflexiones de los Padres sobre ellos.
Ni que decir tiene que, tanto para el predicador como para el cristiano que quiera leer la Escritura en su dimensión más espiritual, esta colección constituye una ayuda insustituible.
En primer lugar porque los Padres se más en el aspecto espiritual, a partir del relato histórico, y lo refieren a la vida del cristiano teniendo siempre presente la centralidad de Jesucristo y la vocación del hombre a la vida eterna. Así, pues, toman el Evangelio como verdadera nueva noticia que el hombre recibe para su salvación.
Fue seguramente pensando en los Padres que santo Tomás, que los utilizó con frecuencia en sus comentarios exegéticos y que los conoció también a partir de recopilaciones parecidas a esta, dijo que la predicación santifica. Lo hace cuando se pone al servicio de la Palabra y no la mata sino que ayuda a su mejor comprensión y actualización en el corazón de quien escucha.
Este año litúrgico además leemos los domingos el evangelio lucano. Por ello esta obra se convierte en un referente que debe ayudar a impregnar nuevamente a las homilías de su sentido.
No es este ni la erudición vacía ni el comentario piadoso que desatiende a la palabra proclamada, sino el comentario bien fundado a los textos que la Iglesia lee y de los que se nutre y con los que educa.
EL EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS
La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia
A.A. Just Jr. Ed. Española a cargo de Marcelo Merino
Ciudad Nueva
Madrid 2006
559 páginas