El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha desestimado finalmente el recurso de la atleta transexual Caster Semenya de Sudáfrica, quien desafió la norma de la Federación Internacional de Atletismo que obligaba a los atletas hiperandrogénicos como ella a bajar sus niveles de testosterona. Existen atletas transgénero que compiten en desigualdad de condiciones con mujeres biológicas que ven mermadas sus capacidades naturales.
Semenya pedía a la IAAF que modificara sus reglas. El TAS , sin embargo, no ha validado las reglas de la IAAF, simplemente ha rechazado las solicitudes de Semenya.
En su forma actual, las reglas de la IAAF no se aplicarán hasta que la federación haya corregido los aspectos contenciosos señalados por el TAS. Tres puntos son particularmente problemáticos para los expertos: primero, la dificultad de aplicar un principio de responsabilidad estricta al establecer un umbral de testosterona que se respete, y luego la dificultad de demostrar una verdadera ventaja atlética en atletas hiperandrogénicos sobre las distancias de 1500m y la milla, finalmente, los posibles efectos secundarios del tratamiento hormonal.
Lo que sí ha quedado claro es que existe una diferenciación entre una mujer y un hombre transgénero, como queda claro en este caso, que ha generado no poca polémica.
«Preservar la integridad del atletismo femenino»
Si no es una victoria para la IAAF, el juicio del TAS sí es una derrota para Semenya, doble campeona olímpica de 800 m, y, asimismo, es una derrota para los otros atletas hiperandrogénicos que deberán someterse a una regulación específica, incluso cuando se modifique.
Caster Semenya, al igual que los medallistas de bronce y plata de 800 m en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Francine Niyonsaba (Burundi) y Margaret Wambui (Kenia), han sido reconocidas como hiperandrogénicas, es decir, que generan naturalmente un nivel de testosterona. muy elevado debido a su naturaleza biológicamente masculina.
