Este 2023 marca un hito histórico en la celebración de la Navidad: el octavo centenario de la primera representación viviente del nacimiento de Jesucristo, una tradición iniciada por San Francisco de Asís en 1223. El Belén cumple 800 años.
Este acontecimiento no es solo una efeméride, sino un recordatorio vibrante de cómo el Belén, o Nacimiento, sigue siendo un pilar esencial en la conservación de las raíces cristianas de Occidente.
Desde la humilde aldea de Greccio, Italia, donde San Francisco de Asís incorporó un buey y una mula en su representación viviente, hasta los elaborados belenes que adornan iglesias y hogares en todo el mundo, esta tradición ha sido una constante transmisora de los valores y enseñanzas del cristianismo.
El Belén y España
En España, el Belén no es solo una representación artística; es un símbolo de fe y tradición. El ‘Belén de Jesús’ en Palma de Mallorca, datado alrededor de 1480, es testimonio de la rica historia y arte que envuelve esta costumbre. Carlos III, influenciado por su estancia en Italia, fue instrumental en popularizar los Belenes en España, promoviendo esta práctica tanto en la nobleza como en el pueblo.
Francisco Salzillo, hijo de un artesano napolitano y considerado uno de los mejores escultores españoles, llevó el arte del Belén a nuevas alturas con su famoso ‘Belén de Salzillo’.
Con más de 500 personajes y animales, y escenas que mezclan lo bíblico con lo popular, es un ejemplo sublime de cómo esta tradición ha evolucionado sin perder su esencia.
Hoy en día, el Belén va más allá de una simple decoración navideña. Es un acto de fe, un momento de unión familiar y una expresión personal de devoción.
En una época donde las tradiciones se enfrentan a la modernidad y el cambio, el Belén permanece como un faro de continuidad, recordándonos el verdadero significado de la Navidad y ayudando a mantener vivas las raíces cristianas en Occidente. Todo ello cuando hay ejemplos laicistas, como el del Belén del Ayuntamiento de Barcelona, que pretenden vaciar la Navidad de sentido.
Las redes sociales se ceban con el supuesto pesebre del Ayuntamiento de Barcelona
Al recorrer los mercadillos navideños en busca de nuevas figuras para el Belén, recordemos que cada pieza no es solo un adorno, sino un fragmento de historia, fe y tradición.
En un mundo cada vez más globalizado, el Belén se erige como un testimonio de nuestra herencia cultural, un puente entre el pasado y el presente, y un mensaje de esperanza y unidad para el futuro.