La histórica DANA ha dejado un rastro devastador de muerte y destrucción en la provincia de Valencia En este contexto, la Iglesia Católica ha desempeñado un papel fundamental, tanto en la ayuda material como en el acompañamiento espiritual de los damnificados. No solo la institución eclesial ha intervenido, sino que sacerdotes, religiosas y laicos católicos han participado activamente en las labores de rescate y limpieza, sin escatimar esfuerzos.
Coordinación y voluntariado desde el Arzobispado
Desde el inicio de la crisis, el Arzobispado de Valencia ha movilizado a miles de voluntarios para atender las necesidades de los afectados. Estos grupos, provenientes de diversas parroquias y comunidades religiosas, se han unido a las labores de ayuda organizadas por la Generalitat Valenciana, colaborando en las tareas de rescate y limpieza. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia se ha convertido en un centro de voluntariado donde convergen diversos equipos, incluidos muchos provenientes de la iglesia valenciana.
Numerosos sacerdotes, religiosas y grupos de jóvenes han asistido en localidades como Benetússer, Alfafar, Paiporta y Sedaví, donde han trabajado arduamente para extraer agua de edificios comerciales y parroquias que quedaron inundadas. Además, estos voluntarios inician sus jornadas desde temprano, algunos acudiendo a la imagen de la Mare de Déu, patrona de Valencia, para pedir protección y apoyo en medio de esta crisis.
Ayuda de primeros auxilios y recogida de donaciones
La Asociación Valenciana PROVIDA ha jugado un papel esencial en esta catástrofe, habilitando un centro para la recolección de productos de primera necesidad. El sábado pasado, sus instalaciones sirvieron como punto de acopio donde se recibieron alimentos, ropa y artículos de aseo infantil para los más necesitados. Esta ayuda incluye leche, potitos, papillas y ropa de abrigo para bebés.
Además, Cáritas Diocesana ha canalizado donaciones de todas las diócesis de España, proporcionando una red de apoyo a nivel nacional. La colaboración no se limita a instituciones; muchos ciudadanos y feligreses han donado en especie o en dinero, contribuyendo a los recursos necesarios para atender esta emergencia.
La parroquia Nuestra Señora de Gracia en La Torre ha sido un eje de apoyo en los poblados del sur de Valencia. La parroquia se ha convertido en el centro de distribución de alimentos, productos de higiene y otros artículos de primera necesidad. Desde allí, voluntarios y Protección Civil han distribuido estos recursos, incluso en zonas rurales donde algunas familias permanecen aisladas debido a la inundación.
En la parroquia, más de 200 voluntarios se encuentran organizados, muchos de los cuales han llegado a pie desde Valencia y otros lugares cercanos. Estos incluyen feligreses, miembros de los grupos Emaús y Effetá, y personas solidarias de toda la ciudad. El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, visitó el lugar para expresar su apoyo y conocer de cerca la situación de los damnificados, además de visitar otras áreas afectadas, como Castellar.
Fogones solidarios, esperanza y apoyo en los barrios
En otras zonas afectadas, como Benetúser, la comunidad local también ha mostrado gran solidaridad. El párroco Jesús Cervera explica que voluntarios, tanto vecinos como de otras localidades, han llevado mochilas con alimentos y agua. En esta zona, algunos establecimientos comerciales se han mantenido abiertos, ofreciendo comidas calientes tanto para voluntarios como para vecinos afectados.
Además, un grupo de jóvenes organizó una paella gigante para alimentar a todos los voluntarios que trabajan en la limpieza y asistencia en las calles, brindando así una muestra de solidaridad y esperanza en medio de la tragedia.
En las zonas menos afectadas, pero que también requieren asistencia, Cáritas Valencia ha empezado a distribuir alimentos y productos de limpieza. Esta organización ha logrado movilizar recursos como mascarillas, guantes y otros artículos de higiene, además de habilitar espacios donde puedan ser atendidas las personas más vulnerables.
En localidades como Aldaya, Benetúser, Alfafar y Sedaví, Cáritas ha sido llamada a apoyar especialmente a las personas mayores y con movilidad reducida, quienes requieren una atención particular debido a sus limitaciones físicas y al aislamiento que han sufrido en estos días.
La tragedia de la DANA ha dejado claro el impacto devastador que fenómenos naturales pueden tener en las comunidades. Sin embargo, también ha puesto en evidencia la fe y el compromiso de la Iglesia Católica en Valencia, que ha brindado su ayuda no solo material, sino también espiritual. En un momento de incertidumbre y dolor, la presencia de sacerdotes, religiosos y voluntarios ha sido fundamental para las víctimas, quienes encuentran en ellos un apoyo vital en este proceso de recuperación.