El 10 de mayo un juez del juzgado de 1ª instancia número 2 de Palma de Mallorca condenó a la clínica abortista Emece a mantener al niño nacido por un aborto fallido y a indemnizar a la madre.
La madre denunció a la clínica que deberá pagar 150.000 euros por daños morales y 270.000 euros por negligencia médica y profesional a la madre como legal representante de su hijo menor que quería abortar.
La primera vez que la madre fue a abortar, según consta en el informe judicial la madre contaba con una gestación de 8 semanas de embarazo. Fue el propio médico el que constató mediante ecografía que el embrión tenía una edad gestacional de 8 semanas.
El 20 de abril de 2010 se le practicó un aborto por aspiración aunque solo se pudo extraer uno de los dos embriones que tenía la madre sin que este hecho fuera notado por el médico.
Hay que notar que la fecha de la intervención es anterior a la nueva Ley del aborto que aprobó el partido socialista, y por lo tanto la legislación a aplicar es la que constaba con anterioridad. Por eso la demandante solamente podía abortar por uno de los tres supuestos que contemplaba la ley vigente, y no según un sistema de plazos que es el que rige la ley actual.
Por eso sorprende cuando en el auto el juez afirma: “en el caso que nos ocupa se tiene que T. P. acudió el día 20 de abril a que se le practicase una interrupción voluntaria del embarazo a la clínica 2 y como aún no había entrado en vigor la ya vigente L.O. 2/2010 –que fue objeto de debate en vista- se le practicó un examen psiquiátrico que obra como documento núm. 3 de la demanda – y sobre cuyo contenido se obviará comentario alguno pues no cumple el mínimo rigor exigible para ser considerado un dictamen de un médico psiquiatra dado que no se indican que pruebas se efectuaron a la paciente ni que riesgos para la salud psíquica conllevaba el embarazo para la ahora actora, riesgos que a la postre no se han materializado-”.
Es decir, que el juez es consciente de que el informe psiquiátrico para demostrar uno de los tres supuestos carece de todo “rigor exigible”, por lo tanto, ese aborto no se ajusta a la realidad legal del momento y, como consecuencia, el aborto es ilegal. Sin embargo, el magistrado lo pasa por alto a pesar de saberlo y no declara que no hay caso.
Nos encontramos delante de un ilícito y, por lo tanto, una relación contractual basada en un hecho ilícito no da lugar a reclamaciones. Si el aborto era ilegal, al margen de la interpretación favorable o desfavorable que quiera hacer el juez, para la mujer continúa siendo ilegal esa intervención. Por lo tanto, no se puede dictar una sentencia sobre unos daños y prejuicios que no existen porque el supuesto no los admite porque es ilegal.
Además, la clínica Emecé no utilizará esta base jurídica porque estaría reconociendo que practicó un aborto ilegal. Una vez más se demuestra como las clínicas hacen caso omiso de la ley, como de una manera abundante demostró el caso Morín.
Antecedentes de la clínica Emece
Ginemedex, Barnamedic, clínicas Emece, grupo CBM, Fundación Morín… son distintos nombres de un mismo conglomerado empresarial en torno al peruano Carlos Morín, cuyo negocio es el aborto.
Uno de los escándalos que salpicó la clínica Emecé en el pasado fue en noviembre de 2005 cuando la Conselleria de Salud de Palma de Mallorca ordenó cerrar la clínica abortista Emece (C/ Capitán Salom, 11), perteneciente al grupo. ¿La causa del cierre en Mallorca? En Emece Mallorca se hacían abortos… pero no había ningún ginecólogo acreditado, según la Dirección General de Acreditación y Evaluación. El «médico» que efectuaba los abortos no era ginecólogo.
Abortos en directo y cenas de etiqueta
En octubre de 2003 el doctor Carlos Morín invitó a Barcelona a la «flor y nata» del sector abortero mundial, 230 personalidades del sector, en el llamado «Primer Simposio Internacional Multicultural de Salud Reproductiva», celebrado en el hotel Meliá de Barcelona. En el programa que se publicó en www.fundacionmorin.org se ofrecía hacer 50 abortos en directo, es decir, se vendía la posibilidad de «realizar una intervención hands on -es decir, de participar físicamente en una «intervención voluntaria del embarazo»- con los mejores médicos en Salud Reproductiva».
Los abortos se practicaron el viernes 17 de octubre entre las cinco y las siete de la tarde, según explicaba el programa de la página web, en 30 pacientes embarazadas de 0 a 3 meses (en las clínicas EMECE y GINETEC); 15 pacientes de 3 a 6 meses (en la clínica GINEMEDEX) y 5 mujeres más que se encontraban más o menos cerca de cumplir el sexto mes de gestación (clínica TCB y Fundación Morín).
Médicos Cristianos de Cataluña interpuso una demanda en el juzgado de guardia para evitar que se celebrase el simposio, pero éste se llevó adelante.
ONGs engañadas
Una técnica de Carlos Morín para obtener respetabilidad y fondos públicos y acceder a clientes potenciales (inmigrantes pobres) era fomentar su ONG «Fundación Morín», en teoría de promoción de la mujer. Según la Fundación Morín, su congreso tenía el apoyo de 48 entidades del ‘tercer sector’ (mayoritariamente solidarias y altruistas), pero cuando las asociaciones E-Cristians y Médicos Cristianos llamaron la atención sobre las asociaciones mencionadas sólo 27 entidades quedaron en la web como implicadas en el congreso abortista.
Entre las asociaciones citadas se encontraba Cáritas Española, una institución católica. Su presidenta Nuria Gispert desmintió a E-Cristians cualquier relación con el simposio: «incluso la misma Fundación Morín ha enviado una carta a Cáritas pidiendo disculpas por la equivocación». También sacaron de su lista de sponsors al Parlamento de Cataluña, la Asociación de Mujeres Periodistas de Cataluña, la Asociación pro Respeto a la Vida, el Grupo de Lesbianas Feministas, la Federación de Mujeres Progresistas, la Casa Argentina y la Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos, entre otros. En ese simposio se celebraron cenas de gala y etiqueta para conmemorar los 25 años de la clínica Emece, es decir, la misma que la TV pública danesa descubrió que estaba implicada en abortos de legalidad más que dudosa y que será juzgada de forma inminente.