Así para ir al grano, el tercer tiempo o semana de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, link http://cristorey.org/wp-content/uploads/doc-ee.pdf , es de carácter contemplativo. Empieza en el [punto 190] del siguiente modo en letras mayúsculas: <<1º día. La primera contemplación, a la media noche, es como Christo Nuestro Señor fue desde Bethania para Hierusalem a la última cena inclusive, num. [289], y contiene en si la oración preparatoria, 3 preámbulos, 6 punctos y un coloquio.>>
Alude en este [punto 190] al [punto 289]. [Punto 289] en el que cita el anuncio de la traición en la comida del cordero pascual, el lavatorio de los pies y la institución de la Eucaristía. San Ignacio alude a Mt 26, 20-30 y Jn 13, 1-30. Cita por tanto el relato evangélico de la conspiración ante Caifás en su palacio pontifical, el derrame de preciado ungüento en la cabeza de Jesús a cargo de una mujer, el pacto del apóstol traidor Judas Iscariote para su entrega a cambio de 30 monedas de plata y la institución de la Eucaristía en la Última Cena. Cita también el relato evangélico del lavatorio de los pies y del comunicado de la traición al mismo Judas Iscariote presente en la Última Cena.
Este tercer tiempo semanal continúa con la contemplación, a la mañana siguiente de este primer tiempo nocturno contemplativo, de la noche real pasada por Jesucristo en el Huerto de los Olivos con los 11 Apóstoles durmiendo a su lado. En el primer preámbulo alude al sudor derramado como gotas de sangre que nos refiere San Lucas. Lleva por título [el punto 200]: Segunda contemplación a la mañana será desde la cena al huerto inclusive. Una semana son siete días y no menos tiempo. Citando en el [punto 208] los [puntos 291 a 298] refleja lo que hay que contemplar en esta tercera semana a partir del segundo día: es el vía crucis por capítulos. Deja para el séptimo día la contemplación de toda la Pasión a modo de resumen.
La tercera semana es la contemplación de toda la Pasión con sus repeticiones contemplativas. San Ignacio programa un tiempo real de una semana y no un tiempo abreviado sustitutivo de una semana real. Es el hándicap de los ejercicios espirituales resumidos. Entras en ellos si te aplicas, pero moviendo tu propia ficha con celeridad, concentración y sin distracciones. Conseguir que una semana dure un día entero, de la mañana a la noche, en tandas de ejercicios de 5 días (o menos tiempo en ejercicios espirituales comprimidos de menos días) requiere mucha concentración en el ejercitante. Si estás cansado, tienes sueño o te distraes, con facilidad te despistas y se te escapa contemplar mínimamente la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Se te puede escapar la contemplación del misterio central cristiano entrando de lleno en él. La meditación de la Pasión con la confesión sacramental es lo propio del primer tiempo. Ahora toca contemplar.
La pregunta que siempre me he hecho en mis tandas de ejercicios es la de si yo sería capaz de contemplar durante una semana real de siete días la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo entera y al detalle. La Pasión no se medita. ¡Se contempla! Se medita inicialmente para llegar después de la confesión sacramental a su contemplación. Es un relato evangélico histórico de gran calado. Es justamente en esta tercera semana, o tercer tiempo más o menos comprimido, que San Ignacio nos lanza [puntos 210 a 217] las 8 reglas para ordenarse en el comer para adelante. La cuarta semana empieza en el punto 218 y termina en el 312 con el añadido de unas reglas para los cuatro tiempos o semanas. Esto lo dejo para la próxima entrega.