(Vatican News).- La Penitenciaría Apostólica, acogiendo la petición presentada por el Cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, con ocasión de la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores en el Día Mundial de los Abuelos, “concede benignamente del tesoro celestial de la Iglesia la Indulgencia Plenaria, en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión Eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice), a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles que, movidos por un verdadero espíritu de penitencia y caridad, participen el 25 de julio de 2021, con motivo de la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores, en la solemne celebración que presidirá el Santísimo Padre Francisco en la Basílica Papal del Vaticano o en los diversos actos que se realizarán en todo el mundo, que también podrán aplicarlo como sufragio por las almas del Purgatorio».
Día Mundial de los Abuelos: la Indulgencia a los mayores
En el Decreto, este Tribunal de la Misericordia concede también ese mismo día la Indulgencia Plenaria a los fieles que dedicarán un tiempo adecuado a visitar real o virtualmente a sus hermanos mayores necesitados o en dificultad (como enfermos, abandonados, discapacitados y similares).
La Indulgencia Plenaria puede concederse también a los mayores enfermos y a todos aquellos que no pueden salir de casa por un motivo grave, siempre que se abstengan de todo pecado y tengan la intención de cumplir las tres condiciones habituales lo antes posible, se unirán espiritualmente a los actos sagrados de la Jornada Mundial, ofreciendo al Dios Misericordioso sus oraciones, dolores o sufrimientos de su vida, sobre todo, mientras las palabras del Sumo Pontífice y las celebraciones se transmiten por televisión y radio, pero también a través de los nuevos medios de comunicación social.
El ministerio de la misericordia y del perdón
Este Decreto es válido para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, independientemente de cualquier disposición en contrario. Por ello, para que se facilite el acceso al perdón divino a través de las Llaves de la Iglesia, por caridad pastoral, esta Penitenciaría ruega encarecidamente a los sacerdotes, dotados de las facultades oportunas para oír la confesión, que se pongan a disposición, con espíritu dispuesto y generoso, para la celebración de la Penitencia.