El desplome de la natalidad en España continúa siendo motivo de preocupación para el país. Según los últimos datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el primer cuatrimestre de este año solo han nacido alrededor de 103.443 personas, lo que representa un preocupante descenso del 1,75% en comparación con el mismo período del año anterior.
Estos números sitúan al primer cuatrimestre de 2023 como el peor en los últimos ocho años, según los registros del INE que se remontan al año 2016. Si analizamos la evolución de la natalidad en España desde entonces, observamos una constante tendencia a la baja, a excepción de un breve repunte registrado entre enero y abril de 2022, cuando se produjo un aumento de 768 nacimientos en comparación con el mismo período de 2021. Sin embargo, lamentablemente, este año no ha seguido esa tendencia ascendente y la situación ha caído a un nuevo mínimo.
Al desglosar los datos por comunidades autónomas, se observa que las regiones más afectadas por la disminución de la natalidad en comparación con el año anterior son Asturias (-7,6%), Navarra (-7,3%), Murcia (-6,75%) y Cantabria (-4,6%). Por otro lado, Madrid (+0,44%) y Aragón (+7,7%) son las únicas regiones donde se ha registrado un aumento de nacimientos durante este período en 2023.
En cuanto a los números totales de nacimientos, cuatro comunidades autónomas llevan la mayor carga de la natalidad en el país. Andalucía encabeza la lista con un total de 20.051 nacimientos en lo que va de año, seguida de Cataluña con 17.906, la Comunidad de Madrid con 16.719 y la Comunidad Valenciana con 11.405.
Por el contrario, las cifras más bajas se encuentran en Ceuta, donde solo se han producido unos 210 nacimientos en este período. A continuación se sitúan Melilla con 235, La Rioja con 628 y Cantabria con 967.
En el ámbito provincial, Madrid es la ciudad donde más bebés han nacido, alcanzando la cifra de 16.719. Le siguen Barcelona con 13.126, Valencia con 5.954 y Sevilla con 4.751. Por otro lado, Soria se ha convertido en la provincia con menor natalidad, registrando tan solo 161 nacimientos en estos cuatro meses. Le siguen Ceuta con 210, Zamora con 225 y Melilla con 235.
Ante este preocupante panorama, la Comisión Europea ha instado a España a tomar medidas concretas para fomentar la natalidad. Dubravka Suica, vicepresidenta de la Comisión Europea, ha manifestado que la despoblación y el descenso de la natalidad son un problema no solo para España, sino para toda Europa. Suica resalta que, según las proyecciones, la Unión Europea solo albergará un 4% de la población mundial para el año 2070, una cifra que no concuerda con la idea de la UE de ser líderes.
Es evidente que la crisis de la natalidad en España no puede atribuirse a un solo factor, pero hay aspectos que merecen una atención especial. La pérdida de valores cristianos en la sociedad, la creciente desvinculación entre las personas, la falta de apoyo gubernamental a las familias y a la maternidad, son factores que han contribuido a esta problemática.
Es esencial que se abra un debate profundo y real sobre la crisis de la natalidad, ya que hasta ahora no se ha llevado a cabo de manera adecuada. La sociedad necesita reflexionar sobre la importancia de la familia y promover medidas que apoyen y fomenten la maternidad para revertir esta preocupante tendencia.
1 Comentario. Dejar nuevo
«La pérdida de valores cristianos en la sociedad».
Observo un poco más arriba, en esta misma página, que «uno de cada tres niños que nacen en España es hijo de inmigrantes».
Teniendo en cuenta que los migrantes son una minoría en España, se puede concluir que ellos son los que de verdad contribuyen a la natalidad en el país.
Y de ellos, una gran proporción son musulmanes, es decir, no cristianos, que ciertamente creen en un Dios, pero muy distinto al que conocemos los cristianos. Otra corriente migratoria importante son los hispanomericanos, muchos de los cuales son católicos practicantes; fui testigo de ello en el barrio madrileño de Barajas, al asistir a la misa dominical.
Por cierto, mucha de la natalidad de los migrantes tiene característica de «natalidad de pasaporte» o «natalidad de residencia» y se limita a ese fin.
La «sociedad», como se concibiera tradicionalmente en España, ya no existe más en la modernidad globalizada, donde todo se mezcla, incluyendo las culturas, las nacionalidades y las razas y coexistiendo, paradojalmente, con un cada vez mayor individualismo.