Planteamiento
- En el transcurso de su historia, y en particular en los últimos cien años, la Iglesia nunca ha renunciado —según la expresión del Papa León XIII— a decir la «palabra que le corresponde» acerca de las cuestiones de la vida social. Con el transcurso del tiempo se ha forjado una doctrina social, que define un modelo integral en el orden social económico y político, y en el ámbito de los principios, criterios y fines. No constituye ningún programa político o económico, pero sí es fuente potencial para su concepción. La DSI no puede encerrarse en una propuesta política, pero puede orientar muchas soluciones.
- Hoy, la sociedad occidental, y en especial Europa, vive una crisis precisamente de fines, de fundamentos. Esta realidad todavía da mayor realce a la utilidad de la DSI. De hecho, todas las grandes sociedades o culturas requieren de dichos fundamentos.
- Desaparecido el marxismo, el desarrollo del modelo capitalista se ha inclinado de manera hegemónica hacia lo que puede denominarse capitalismo financiero globalizado, en el marco de una cultura de desvinculación, constituida bajo la primacía de la razón instrumental y la radicalización del subjetivismo individualista, donde el bien se confunde con la preferencia y con el deseo de cada hombre y cada mujer, incentivados por las fuerzas del mercado y la ganancia. Este modelo resulta insatisfactorio para grandes mayorías de la población, con independencia de la región mundial y el grado de desarrollo. Las diversas crisis y la acumulación de ellas constituyen la evidencia. El papa Francisco viene aludiendo con insistencia a muchas de sus manifestaciones.
- Por su concepción holística y a la vez por su gran flexibilidad, la DSI constituye hoy la única respuesta no fragmentada a los retos que presenta esta crisis de sentido, de fundamentos y fines, cada vez más global
La gran dificultad.
- Pero el gran potencial de la DSI, ahora enriquecida con la encíclica “Laudato si”, tropieza con una gran dificultad. La inmensa mayoría de desarrollos de la DSI se mueven en un plano circular de la teoría; en comentario, la ampliación, la exegesis, en definitiva, pero desciende en escasa medida a estudiar, debatir y proponer aplicaciones concretas en el ámbito de las políticas públicas y de la iniciativa social.
- En este campo, el de la iniciativa política y social, existen numerosas experiencias prácticas que constituyen referentes de gran utilidad.
La necesidad del desarrollo y aplicación práctica de la DSI
- El objetivo necesario es pasar del cuerpo actual de la DSI al desarrollo de aplicaciones en distintos ámbitos y niveles
- El establecimiento de nuevos marcos de referencia, por una parte, y el desarrollo de propuestas concretas en las políticas macro y micro económicas, sector público y sistema del bienestar: pensiones, dependencia, sanidad, enseñanza. También en los ámbitos de la ordenación del territorio y el urbanismo.
- En la articulación de políticas más integrales sobre el medioambiente, crecimiento y su distribución, y redistribución
- Los modelos empresariales y su gestión, mas allá de la ética fragmentada que se aplica en algunas escuelas de negocios.
- Para situar la visión que exprese con brevedad el tipo de tarea a desarrollar puede utilizarse el paralelismo con la ideología de género que ha conseguido desplegar una extensa cultura de notable influencia social. No deja de ser sorprendente que una ideología con fundamentos y resultados tan deficientes alcance tantos logros en las políticas públicas, y en el imaginario social, mientras que la DSI continúe siendo la gran desconocida, no ya de la sociedad, sino también de la gran mayoría de los políticos y profesionales de la economía y otros ámbitos concernidos. Claro que, una cabalga sobre el huracán del deseo, mientras la otra persigue encauzarlo, pero esta, la DSI tiene a su favor su concordancia con la razón y el corazón del ser humano
Algunas ideas sobre posibles realizaciones
- Dos criterios estratégicos deberían enmarcar las tareas: el spillover del conocimiento y el learning by doing.
- En aquellos centros universitarios donde se imparte en alguna modalidad la DSI podría introducirse un seminario permanente o un máster de desarrollo y aplicación a aspectos concretos de la realidad.
- En aquellos centros de inspiración cristiana donde no se imparta la DSI, podrían introducirse como fase inicial seminarios dirigidos a articular alguno de los ámbitos técnicos con aplicaciones concretas que permitieran formar también en los fundamentos a través de la concepción aplicada.
- En los centros universitarios públicos de ciencias económicas y empresariales, los profesores y estudiantes concernidos pueden impulsar una acción dirigida a introducir seminarios que relacione el uso de la DSI con alguno de los ámbitos de su disciplina.
- Debería existir diversos “lugares centrales” que fueran centros de recursos en el ámbito de las aplicaciones a los que acudir, y también receptores de los contenidos de seminarios y másteres de manera de construir un capital cultural y disponer de recursos de inteligencia en esta materia. La sola acumulación y difusión de desarrollos y aplicaciones es una forma de expandir su conocimiento.
- Una acción sistemática de desarrollar aplicaciones concretas relacionadas con políticas públicas es fundamental, como lo es su difusión. A título meramente ejemplificador se pueden citar.
- Análisis de la situación y condiciones de crecimiento de un país o entorno determinado a bajo la DSI, o de alguna encíclica concreta; como la “Laudato si”.
- Aplicaciones a políticas públicas específicas del tipo de “cómo” sería una política fiscal, inmigratoria, financiera, etc., y sus posibles variantes, basada en la DSI.
- Políticas de empresa y modelos de organización de las mismas. Enfoques holísticos de ética empresarial y responsabilidad social corporativa desde la DSI.
- Modelos globales. Diseño de escenarios de modelos socioeconómicos globales por aplicación de la DSI, y su ajuste en términos macro y micro económicos
- Análisis de casos y realizaciones concretas que mejor y peor se ajustan a la DSI.
- Un caso concreto pero de dimensión extraordinaria es el de la función económica y de bienestar de la familia por su potencial transformador, y por su carácter demostrativo de que el modelo de familia de la DSI es el que asegura los mejores resultados para sus miembros, y a la vez constituye el óptimo social y económico.