- El Gobierno socialista ha arremetido con declaraciones extremas de las ministras de Educación e Igualdad contra los derechos de los padres como educadores, a raíz del llamado pin parental, y también con anterioridad. Este hecho debe animar a las familias y a la sociedad educativa a reflexionar sobre este Gobierno y los retos de la educación hoy.
- Hay que ir más allá del pin parental: quien sea realista y esté informado ha de admitir un fracaso educativo colosal en España. Lo sufren cifras altísimas de niños y jóvenes. En todas las mediciones educativas (PISA, etc…) España está a la cola de Europa: abandono escolar, ninis, alumnos de bajo nivel…
- Niños y jóvenes están además cada vez más dañados por la pornografía omnipresente, por conductas violentas, por adicciones, bulimia y anorexia, trastornos psicológicos, miedo al compromiso, poca tolerancia a la frustración… Sociólogos y psicólogos hablan de una generación especialmente frágil, quebradiza e inmadura.
- Para mejorar no basta dedicar más dinero a la escuela. Polonia, con un menor gasto educativo, ha mejorado sus índices educativos en pocos años y se ha colocado en los mejores puestos, superando incluso a Finlandia. También Portugal ha mejorado sensiblemente con menos recursos. No es tema de dinero: la clave está en la familia.
- Ya Aristóteles decía en Ética a Nicómaco que las familias educan mejor que el Estado porque conocen a sus hijos. En los años 80, los estudios sobre capital social de James S. Coleman confirmaban la importancia de la familia. En España, Francisco Javier Elzo estudió los distintos tipos de familia: las que tenían reglas claras de comportamiento lograban mejores resultados escolares. La familia fabrica capital moral.
- Hay un marco sobre la relación entre padres, educación y Estado: los Derechos Humanos y la Constitución. La Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 26.3 establece: «Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que deberá darse a sus hijos». La Constitución Española declara en su artículo 27.3: «Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones». Y en el 27.7 declara: «Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos». El Gobierno no puede negar estos derechos de los padres y las familias. Más aún, debe encontrar los mejores cauces para que se apliquen.
- ¿Por qué fracasa tanto la escuela en España? Una razón es que padres y escuelas se mantienen demasiado separados.
- La escuela debe instruir en Historia, matemáticas, etc… Pero la escuela pública no puede ofrecer un ideario moral, está obligada a la neutralidad ideológica del Estado. Adoptar una ideología concreta -sea comunista, socialista, de izquierdas o de derechas, o la ideología de género- rompería esa neutralidad.
- No se necesita adoctrinar en ideología de género para enseñar a respetar a las personas con sentimientos LGTB, igual que no se necesita adoctrinar en comunismo o socialismo para enseñar a respetar a los obreros. Ni un colectivo ni otro requiere asignaturas ni talleres específicos ni romper la neutralidad ideológica del Estado: basta con enseñar a respetar a todas las personas. Hay que insistir en que la ideología de género no es ciencia, sino una ideología particular, igual que no era ciencia, sino ideología particular la asignatura de «Comunismo Científico» que se enseñaba en las escuelas de dictaduras comunistas. La escuela no debe ser tampoco lugar de experimentación sexual. Son las familias las responsables de la educación sexual y afectiva: ellas conocen a sus hijos, su crecimiento biológico y su madurez. La escuela en todo caso puede colaborar con los padres, no sustituirlos ni mucho menos contradecirlos en temas de valores.
- e-Cristians anima a todas las asociaciones y entidades que valoran la familia a trabajar unidas para cambiar esta situación. e-Cristians también pide al Gobierno, en la persona del presidente Pedro Sánchez, que rectifique, que se centre en mejorar la enseñanza y que ayude a las familias en su labor educadora.
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