Al definir qué sea un clásico pueden darse discrepancias de detalle, pero habremos todos de coincidir que una obra o un autor lo son respecto de una determinada tradición cultural. Cabe también que desde esa tradición lleguen a tener resonancia universal, aunque eso parece más difícil. Por eso, cuando accedemos a uno de nuestros clásicos nos reconocemos de alguna manera en él y, frecuentemente, son para nosotros motivo de sosiego por su sabiduría y su calidad literaria.
En un estudio preliminar, incluido en esta excelente edición a cargo de Javier San José Lera, señala Lázaro Carreter que fray Luis de León, junto a San Juan de la Cruz, son “dos llamaradas del arte verbal español que pueden fundar el derecho de nuestra lengua a contarse entre las muy primeras del mundo. En una parte muy decisiva, gracias a fray Luis de León, campeón de la memoria histórica que nos une al ser mismo de Europa, el de la clasicidad grecolatina, de la que España arranca”.
La aportación de fray Luis resulta decisiva a la hora de dar flexibilidad al castellano permitiendo, como logra en sus poesías, gran sonoridad y riqueza de contenidos y emociones. Pero, coinciden en él, junto su amplísima cultura clásica, la otra fuente y más decisiva, de la que nace Europa, que es, junto a Roma y Atenas, Jerusalén. Tuvo problemas fray Luis por verter al castellano algunos textos sagrados. El miedo a que se tradujera torticeramente o que se aprovecharan las versiones para interpretar en disonancia con la tradición e la Iglesia, llevó a que se prohibieran las ediciones en lengua vulgar. Si fray Luis de León hubiera hecho en castellano lo mismo que Lutero en alemán, una traducción completa de la Biblia, es muy probable que hoy la leyéramos con gusto.
En De los nombres de Cristo, se estudian algunos de los términos que aparecen en las Escrituras para designar a Jesucristo. Al modo de un diálogo, se van desgranando las diversas denominaciones con profusión de referencias bíblicas. Aprovecha el esquema del diálogo renacentista para introducir numerosas reflexiones teológicas. Fray Luis, ocupo, entre otras, la cátedra de Sagrada Escritura en la Universidad de Salamanca y se ha dicho de él que “la Biblia fue siempre el punto de partida y la fuente de toda la actividad mental de fray Luis”. Se considera también que en esta obra alcanzó la cima de su prosa castellana.
Un clásico merece ser tratado como tal. Esa consideración se muestra en las cuidadísimas ediciones que “Biblioteca Clásica”, editada por Galaxia Gutenberg, nos ofrece de ellos. La edición va acompañada de numerosas notas que aclaran la lectura así como, en apéndice de otras complementarias que permiten ahondar en la comprensión de lo escrito por fray Luis. También se acompaña un aparato crítico y algunos índice útiles para el estudioso. Una edición magnífica que renueva la esperanza de que nuestra cultura, en estos tiempos de turbulencia, continúa generando vida.
DE LOS NOMBRES DE CRISTO
Fray Luis de León
Edición de Javier San José Lera
Galaxia Gutenberg – Círculo de Lectores
830 páginas